domingo, 21 de abril de 2013

Día 95


Hum...

Hola a todos! Cómo ha ido el fin de semana? Espero que bien, y que hayáis hecho en él aquello que realmente deseabais hacer. Muchas veces, los demás esperan o nos piden que hagamos cosas que, en realidad, no nos apetece hacer. Pero nos cuesta decir que “no” porque pensamos que vamos a fallar a la otra persona. ¿Y si fuera al revés? Si fuésemos nosotros los que le pidiésemos el mismo favor a esa persona y ella nos dijese que “no”, nos fallaría? O simplemente no ocurriría nada? Y si nos falla, es porque no satisface un interés nuestro? Anteponemos entonces nuestros intereses o necesidades, o nuestros caprichos a la posibilidad de que la otra persona realmente no pueda o no le apetezca hacernos el favor? Habría que pensarlo...

Bien, muchas veces os he hablado de los “lumingos”; aquellos días en que, siendo lunes, es mi día de descanso de la semana. Hoy, en cambio, era “domunes”; primer día de trabajo de la semana. Así que me he levantado a la hora de siempre para hacer la sesión de fuerza que estaba marcada en el plan de trabajo. La he hecho antes de la hora normal del desayuno, con la música un poco más baja para no molestar a los que todavía dormían. Y ha ido tan bien como siempre. Una hora y cuarto de ejercicio, centrado en el movimiento correcto, buscando la tensión correcta... es un ejercicio que da cierta pereza al empezar, porque lo ves eterno. Pero al terminar, te das cuenta que lo has disfrutado. Después, tal y como os decía, he bajado a desayunar y, de allí, a la sala al entrenamiento en pista con las bolas otra hora y media más. Ha sido interesante; pues quería ver cómo se comportaba el cuerpo en un deporte tan preciso después de haberlo sometido a una sesión de fuerza. Y la verdad es que ha ido muy bien. Quizás sean los días, pues llevo muchos a la espalda en los que me encuentro realmente a gusto con lo que estoy haciendo, o quizás sea otra cosa. Pero el caso es que llevamos unos días en que los entrenes están saliendo bastante bien.

Y poco más. Al haber hecho sesión doble esta mañana, tenía la tarde libre; que la he dedicado a hacer el cambio de armario. Así que no tengo mucho más que contar. Desde aquí, animar a los empleados del complejo deportivo La Petxina que me leen. Es una pena que hayan cerrado por la crisis el centro médico que había allí y que atendía a residentes, gente de la calle y, sobretodo, deportistas. Esta circunstancia, unida a la huída de muchos de los deportistas que allí residían por la mala calidad de su comida y gestión de la residencia, hace que, según he leído en el periódico, no se augure un buen futuro para todo el complejo.

Lo dicho. Voy a ver si me abrigo un poco y salgo a dar un paseo hasta la hora de la cena. Mañana os cuento más cosas.

Besos a todos!

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