Hum...
Hola a todos! Cómo ha ido el día?
Espero que bien, y que hayáis encontrado en él el sentido que tenía
y cómo, las experiencias de ayer, han condicionado de algún modo
muchas de las circunstancias del día de hoy.
Yo, he tenido un día ajetreado. Por la
mañana, hemos tenido entrenamiento en pista en el CEARD. Las cosas
no han salido como me hubiese gustado, pero aun así ha sido un buen
entrenamiento. He terminado bastante cansado mentalmente. Resulta que
había un control, una especie de examen de gimnasia rítmica. Y allí
estaban 11 niñas vestidas y maquilladas para la ocasión dispuestas
a darlo todo frente a un jurado. Las ha habido espectaculares.
Sobretodo una niña que ha lanzado la bola al aire y, mientras tanto,
ha dado dos volteretas, ha hecho el pino y ha cogido la bola con las
piernas en alto. Buah... la leche! Pero claro, todo esto estaba muy
bien si yo fuese un espectador. Pero no, estaba allí para entrenar.
Y aunque no quisiese ver a las niñas y estuviera a lo mío, la
música a toda caña es algo de lo que uno no puede esconderse.
Puedes intentar concentrarte, y hacer que te moleste más o menos;
pero nada más. Y quieras que no, ocuparse en aislarse de todo ese
mundo, a la vez que piensas lo que quieres hacer y ejecutarlo, hace
que uno termine mentalmente cansado. Y claro, a veces salían las
cosas, y otras veces no. y me enfadaba conmigo mismo... pero vamos,
que tampoco ha llegado la sangre al río. Me ha recordado a las
competiciones internacionales en las que los técnicos y jugadores
brasileños que observan un partido entre un brasileño y tú, gritan
como posesos con cada bola y has de saber aislarte de ellos.
En cuanto al control de gimnasia, una
de las niñas ha hecho la prueba con la música de “Érase una vez
en América” de Ennio Morricone. Os pongo el enlace por si no la
conocéis. Es una de las bandas sonoras más hermosas que se han
hecho. Ella, en una versión un poco más acelerada, se ha movido por
el tapete con el trozo de piano, a partir del minuto 4:20.
http://www.youtube.com/watch?v=d2_EtKG7gro
He llegado al centro, como aquel que
dice, a mesa puesta. Así que he comido y he aprovechado para hacer
unas gestiones. Después, tenía sesión de aeróbic. Y como algunos
residentes ya se han apuntado de continuo, les he avisado y hemos
hecho la sesión todos juntos. Esta vez, las enfermeras del otro día
estaban de turno de mañanas, así que no han podido estar. Pero una
de ellas me decía que a la próxima se apunta, que se lo pasó bien.
Hoy hemos sido menos, seis personas, pero aun así lo hemos pasado
bien. De hecho, hemos alargado unos minutillos la sesión...
Y poco más. Del aeróbic he ido al
taller a recoger la furgo de la revisión. Llevamos algo más de tres
años buscando una avería de la caja de cambios que aparece y
desaparece y que en ningún taller oficial saben encontrar. Y parece
que me va a tocar seguir indagando porque no la han arreglado ni se
sienten capaces de hacerlo. Van a seguir un protocolo en el taller,
pieza por pieza, hasta que encuentren el fallo. El problema de León
es que solamente hay dos talleres oficiales, y ambos son del mismo
dueño. Por lo que no hay más opciones... Total, que he llegado al
centro a la hora de cenar y mirad a qué horas os escribo.
Mañana os cuento más cosas.
Besos a todos!
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