domingo, 3 de febrero de 2013

Día 18


Hum...

Hola a todos! Cómo ha ido el día? Espero que bien, y que hayáis tenido en él un espacio de tiempo para ser capaces de decirle a quien queréis o admiráis, que tenéis ese sentimiento. Y es que muchas veces observamos en silencio con aprecio a otras personas, pero caemos en el error de no decírselo. Y es importante que esa persona lo sepa. Por ella, y por nosotros mismos. No cuesta nada decir a la otra persona que la valoras, que la aprecias. Hacerlo, no nos hace débiles, sino fuertes.

Bien, hoy ha sido un día de esos de no parar. Me he levantado a las 7:30 en previsión a todo lo que tenía planeado hacer. Después de desayunar, he subido a hacer la primera sesión de un programa de ejercicios de fuerza. El programa se centra en grupos abdominales, dorsales, trapecios, hombros, brazos y antebrazos principalmente. Y como no sabía lo que me iba a costar hacer, prefería tomármelo con calma y tiempo; pues había quedado luego con El Maestro para ir al mercadillo. La tabla entera de ejercicios ha durado casi una hora y media; por lo que, cuando han venido a buscarme, les he dicho que saliesen ellos que todavía me quedaba un buen rato. Y como mi silla es más rápida, ya les alcanzaba allí. La tabla ha ido bien. Hay ejercicios que los hago en la cama, lo que hace que sude mucho. Pero en general, pasados unos minutos, ni siquiera tenía sensación de cansancio. Mañana que tengo el día libre veremos cómo me siento.

Total, que después de los ejercicios me he ido volando al mercadillo donde me he encontrado con seis residentes y una auxiliar. Y es que es un mercadillo muy grande y al que va mucha gente. El Maestro ha comprado lo que necesitaba y nos hemos vuelto corriendo para llegar a mesa puesta ya, a la hora de comer.

Tras comer y descansar, me he despertado de la siesta con una extraña sensación; y es que no sabía qué día de la semana era. Supongo que vamos consiguiendo que la mente se habitúe a trabajar sea el día de la semana que sea. Y es bueno porque, en competición, no querrá descansar por el mero hecho de que sea domingo o sean las 4 de la tarde. Pero reconozco que, en días como hoy, en los que al despertarme tenía que hacer todavía la sesión de pedalier, uno se queda con la sensación de que no sabe cuándo descansa. Afortunadamente, la sensación ha durado poco. Me he levantado con un -”¡venga!”- y he puesto a “pedi” en el escritorio para la sesión de la tarde. A diferencia de otros días, hoy hemos visto un episodio de “the big bang theory”. Es una serie que no tiene moralejas como la de Moderm Family; pero te ríes mucho con ella. Y era lo que me apetecía.

Ahora, el día va llegando a su fin. Como si me hubiese esperado a este momento, el sol se pone por el horizonte llenando mi habitación de un colo anaranjado tenue. Es el momento adecuado para meditar un rato, observar la respiración, y dejar que la mente se detenga unos minutos. Hoy ha sido un buen día, y me siento afortunado de estar donde quiero haciendo lo que me gusta. Como os decía, mañana tengo el día libre; así que no creo que os escriba. Pero eso no significa que no piense en vosotros...


Besos a todos!

1 comentario:

  1. Hola Chema.
    Tus palabras me hacen pensar...
    Me gusta mucho como piensas en alto.
    Gracias

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