Hum...
Hola a todos! Qué tal estáis? Espero
que bien. Voy a aprovechar un momento antes de la cena para contaros
brevemente la ceremonia de inauguración de anoche. Y digo brevemente
porque me resulta imposible expresar con palabras todas y cada una de
las sensaciones que pudimos vivir anoche.
Salimos de la villa caminando, pues el
estadio está a unos 15 minutos de aquí andando. Aunque hay que
decir que el paseo fue de algo más de dos horas al tener que
desfilar en orden e ir entrando poco a poco. Creo que la ceremonia
comenzó mucho antes para nosotros. Como si de una boda se tratase,
nos dedicamos un tiempo en la habitación a prepararnos. La camisa,
el sombrero, la corbata, el pañuelo en el cuello... todo tenía que
estar a punto para poder recibir como se merecía al momento que
íbamos a vivir. Para mí, ha sido especial formar parte activa de un
momento histórico, como ha sido este. En el camino al estadio, se
oían los cánticos de los españoles más festeros, o los de los
sudafricanos que teníamos delante. Andabas un poco, parabas, y así
todo el tiempo. La verdad es que, para ser los terceros juegos,
pensaba que la entrada en el estadio se iba a tratar de un mero
trámite. Pero no fue así. Había gente que peleaba por entrar en la
primera fila, buscando su momento de protagonismo ante la cámara.
Yo, opté por no entrar en esa lucha, y me dejé llevar por el
ambiente que fue, sencillamente, impresionante. Ahora mismo, mientras
os escribo, siento que se me eriza la piel al recordar el momento en
que atravesamos el túnel de acceso al interior del estadio, y salir
al centro del estadio donde no sé cuántas mil personas gritaban al
unísono. Vi muchas banderas de España, más de las que me esperaba,
y fui saludando a todo aquel que me hacía lo propio. Tras dar la
vuelta al ruedo, nos colocaron afortunadamente junto al escenario y
allí nos quedamos. Y, tras unos minutos, un gran
-”IIEEEEEEEEEEHHHH!!!”- invadió el estadio con la entrada del
equipo anfitrión; los ingleses.
A partir de ahí, se sucedieron las
imágenes, el espectáculo, la música... todo lo que se vio en
televisión. Pero había que estar ahí para vivirlo. Es algo que no
te pueden contar y, que por más que lo hagan, nunca alcanzarán a
transmitir la intensidad de las voces, de las luces y de las miradas
que la persona de al lado te podía regalar en un instante. Fue,
sencillamente, mágico e inolvidable. Llegamos a la habitación
cansados y con frío; pero con una gran sonrisa fruto de la sensación
de que la vida nos había hecho un pequeño regalo.
Hoy, ya que entrenábamos por la tarde,
nos hemos ido unos pocos a ver el partido de basket en silla entre
España e Italia. Jugaban en el estadio O2, por lo que el hecho en sí
ya ha hecho que fuese espectacular. Pedazo estadio! Solamente decir
que tiene un centro comercial enorme en su interior.
Y poco más. Por la tarde hemos tenido
entrenamiento en pista. Ha estado muy bien. Las sensaciones siguen
siendo muy buenas, y siento que estamos tranquilos. Mañana, a
primera hora, entrenaremos algunos de nosotros ya en las pistas de
juego. A ver la luz y la temperatura que hay ahí. Así que lo voy a
dejar aquí que si no no me da tiempo a enviarlo.
Besos a todos!
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