jueves, 30 de agosto de 2012

Día 3 y 4


Hum...

Hola a todos! Qué tal estáis? Espero que bien. Voy a aprovechar un momento antes de la cena para contaros brevemente la ceremonia de inauguración de anoche. Y digo brevemente porque me resulta imposible expresar con palabras todas y cada una de las sensaciones que pudimos vivir anoche.

Salimos de la villa caminando, pues el estadio está a unos 15 minutos de aquí andando. Aunque hay que decir que el paseo fue de algo más de dos horas al tener que desfilar en orden e ir entrando poco a poco. Creo que la ceremonia comenzó mucho antes para nosotros. Como si de una boda se tratase, nos dedicamos un tiempo en la habitación a prepararnos. La camisa, el sombrero, la corbata, el pañuelo en el cuello... todo tenía que estar a punto para poder recibir como se merecía al momento que íbamos a vivir. Para mí, ha sido especial formar parte activa de un momento histórico, como ha sido este. En el camino al estadio, se oían los cánticos de los españoles más festeros, o los de los sudafricanos que teníamos delante. Andabas un poco, parabas, y así todo el tiempo. La verdad es que, para ser los terceros juegos, pensaba que la entrada en el estadio se iba a tratar de un mero trámite. Pero no fue así. Había gente que peleaba por entrar en la primera fila, buscando su momento de protagonismo ante la cámara. Yo, opté por no entrar en esa lucha, y me dejé llevar por el ambiente que fue, sencillamente, impresionante. Ahora mismo, mientras os escribo, siento que se me eriza la piel al recordar el momento en que atravesamos el túnel de acceso al interior del estadio, y salir al centro del estadio donde no sé cuántas mil personas gritaban al unísono. Vi muchas banderas de España, más de las que me esperaba, y fui saludando a todo aquel que me hacía lo propio. Tras dar la vuelta al ruedo, nos colocaron afortunadamente junto al escenario y allí nos quedamos. Y, tras unos minutos, un gran -”IIEEEEEEEEEEHHHH!!!”- invadió el estadio con la entrada del equipo anfitrión; los ingleses.

A partir de ahí, se sucedieron las imágenes, el espectáculo, la música... todo lo que se vio en televisión. Pero había que estar ahí para vivirlo. Es algo que no te pueden contar y, que por más que lo hagan, nunca alcanzarán a transmitir la intensidad de las voces, de las luces y de las miradas que la persona de al lado te podía regalar en un instante. Fue, sencillamente, mágico e inolvidable. Llegamos a la habitación cansados y con frío; pero con una gran sonrisa fruto de la sensación de que la vida nos había hecho un pequeño regalo.

Hoy, ya que entrenábamos por la tarde, nos hemos ido unos pocos a ver el partido de basket en silla entre España e Italia. Jugaban en el estadio O2, por lo que el hecho en sí ya ha hecho que fuese espectacular. Pedazo estadio! Solamente decir que tiene un centro comercial enorme en su interior.

Y poco más. Por la tarde hemos tenido entrenamiento en pista. Ha estado muy bien. Las sensaciones siguen siendo muy buenas, y siento que estamos tranquilos. Mañana, a primera hora, entrenaremos algunos de nosotros ya en las pistas de juego. A ver la luz y la temperatura que hay ahí. Así que lo voy a dejar aquí que si no no me da tiempo a enviarlo.

Besos a todos!

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