Hum...
Hola a todos! Cómo va todo? Espero que
bien. Por aquí va todo genial. Son tantas las sensaciones y las
experiencias que estamos teniendo al día, algunas de apenas unos
segundos, otras que duran varias horas, que he optado por ir
contándoselas al móvil para luego escucharlas y transmitiros el
mayor número de ellas.
Creo que hay que separar la entrada en
el blog en dos partes. Una, sería la que corresponde a la boccia.
Seguimos entrenando dos horas al día, cada día en un horario
diferente. De momento, los horarios han coincidido con las horas a
las que tendré que jugar el día 6. me sigue gustando mucho la
pista. He de estar un poco centrado en el suelo y cómo se comportan
las bolas en él, pues es una madera rugosa que hace que las bolas se
adhieran mucho y haya que tirar con un poco más de fuerza de lo
habitual. Ayer, haciendo ejercicios de contra, intentando resolver un
saque de un supuesto contrario, veíamos que, golpeando con relativa
fuerza, las bolas ni siquiera se movían del sitio. Primero, pensamos
que iba a costar mucho romper ese tipo de saque de los rivales; pero
sonriendo, le dije a mi entrenadora que, en ese caso, nadie romperá
el nuestro... jajaja! Ayer, me di cuenta, mientras entrenaba, que en
campo de al lado estaban entrenando los tailandeses. Y, mientras yo
tenía dos bolas blancas para hacer mis ejercicios, y lanzaba las
bolas desde mi silla de titanio que vale lo mismo que un utilitario
de Europa del este, ellos estaban utilizando dos botellas de plástico
como referencias y lanzaban sus bolas desde unas sillas de hierro de
los años 50. y aun así, la diferencia en el ránking es tal, que
ellos siguen estando diez puestos por delante de la pareja española.
Y es que no todo es el material!
Y bueno, la otra parte del blog es la
que corresponde a toda la experiencia que está suponiendo estar
aquí. Ayer, fuimos a la embajada española a tomar un ágape. En la
entrada, dándonos la bienvenida como anfitrión, estrechándonos la
mano uno por uno, estaba el embajador Federico Trillo. Y dentro,
entre otras personalidades, estaba la Infanta Elena. Todos hablaron,
ellos dos, el ministro Wert, el presidente del comité... de todos
ellos, decir que el discurso de Trillo, que fue hecho sin leerlo en
ninguna parte, llegó a emocionarme. Hizo una pequeña retrospección
en la historia y la filosofía de los juegos, nos dio su admiración
y nos dijo que, en todo este tiempo de trabajo, esfuerzo y
dedicación, han sido muchos los caídos, los que se han quedado en
el camino, los que no tuvieron los medios o, simplemente,
desfallecieron. Y que nosotros, cuando desfallezcamos en mitad de la
competición, debemos dar un último paso hacia delante por todos
ellos. Recordé a todos los deportistas que conozco por unos
instantes, y sentí que debemos dar lo mejor de nosotros mismos por
todos ellos. -”os estarán viendo”- nos dijo. Y no vi presión en
esa expresión, sino acompañamiento. Sentí que no estamos solos, y
que la fuerza de todos ellos, está con nosotros. -”sois los
mejores, y ahora os toca ser los mejores de los mejores”-, añadió.
Me dejo mil palabras más, pero os aseguró que me encantó la fuerza
con la que habló. En cuanto al ministro de educación, solamente
mencionar su alusión a Shakespeare: -”Hay personas que nacen con
grandeza. Otras, se hacen grandes con el tiempo. Y a otras, sin
buscarlo, les elige la grandeza”-.
Recuerdo que me giré y miré a mi
entrenadora. Estábamos viviendo un pequeño instante de la historia,
en una embajada en uno de los países más importantes del mundo; La
Infanta, como si nos conociese de toda la vida, se hizo una foto con
nosotros y luego me dio un beso, el embajador, al que veía por
segunda vez, me dijo un -”me alegra volver a verte”-, y el
ministro, hablaba de los pormenores del viaje con una copa en la
mano. Todo fue distendido y mágico a la vez. Supongo que la
nocturnidad del palacete también hizo que fuese un momento especial.
Salimos tarde de la embajada y, aunque todos estábamos cansados y
había gente que llegó a quejarse de las horas que eran y de la
espera del transporte que nos tenía que llevar de vuelta a la villa,
yo me sentía afortunado y agradecido con la experiencia. Estos son
mis terceros juegos y siento que todos ellos tienen un matiz que los
hace únicos. Y como tal, hay que exprimirlos y vivirlos con
intensidad. No se trata de hacer locuras, sino de vivir cada momento
con los cinco sentidos en él. De hecho, ha habido muchas veces,
fuera de los entrenamientos, en los que he olvidado el porqué
estamos aquí. Me siento tan bien, tan relajado...
la villa sigue siendo un microespacio
alejado de la realidad del mundo. Aquí no hay crisis, no hay
guerras, no hay prisas... solo hay actitudes positivas. Todo el mundo
se saluda por la calle; uno se sigue sorprendiendo al ver gente que
camina con dos piernas que no son suyas... o sí lo son? Hasta dónde
llegan los límites de nuestras discapacidades? Y las limitaciones?
Si hiciesen un documental sobre este lugar, estoy seguro de que, el
principal mensaje sería que es la mente la que limita al cuerpo y no
al revés. Realmente, aquí hay 4.500 ejemplos de que querer es
poder. Os aseguro que hemos visto gente que haría que más de uno se
tirase por un puente si tuviese su discapacidad. Pero, no sólo la
han superado, sino que encima te regalan un good morning con una gran
sonrisa cuando te ven por la calle. Os aseguro que es tremendo!
Esta mañana me he acercado (tenemos la
mañana libre) al edificio que alberga casi todas las religiones del
mundo. He buscado la capilla budista, con el fin de saber dónde está
poder acudir a ella en momentos del relax. Y bueno, aunque la he
encontrado, os puedo decir que no me ha gustado. No es más que una
habitación llena de sillas frente a un altar que tiene una figura de
un Buda de bronce. No hay alfombra ni tapices... ¡ni monjes! Así
que he dado media vuelta y me he ido. En mi habitación, con mi buda,
me sentiré mucho más arropado seguro.
Y poco más. Voy a ver si pongo el
portátil a cargar, que le queda un 9% de batería y os envío es
post. Me han dicho que la ceremonia de inauguración la harán por
teledeporte. Pero no sé bien a qué hora. Espero que me veáis por
la tele, jejeje...
Besos a todos!!
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