martes, 21 de agosto de 2012

...8... (...2...)


Hum...

Hola a todos! Cómo ha ido el día? Espero que bien, y que hayáis tenido un momento para vosotros, para empezar de nuevo la rutina poco a poco... siempre he dicho que el comienzo del año lo marca el final de las vacaciones y el inicio del curso escolar así como la vuelta al trabajo, y no el 1 de enero. Por ello, es un buen momento para plantearse qué cosas queremos hacer y qué cosas no este año. O mejor dicho, qué cosas queremos que existan en nuestra vida de ahora en adelante, y qué cosas no. Pero, al mismo tiempo, no es necesario hacer cosas nuevas; sino hacerlas con otra actitud.

Hoy, quiero hablaros de un libro que me regalaron ayer. Supongo que, el hecho de que me lo regalase alguien a quien admiro, hizo que tuviese un valor especial. Pero, al igual que he sentido que muchos libros han llegado a mis manos en el momento adecuado, cuando uno está preparado para leerlo y aprovechar lo que en él se narra, siento que no me ha podido llegar en mejor momento.

El libro, hace una reflexión clara acerca de que, si en un mismo colectivo de personas, ya sean ricos o pobres, altos, divorciados, de ciudad, con estudios, de pueblo, en paro, viudos, hijos únicos, emigrantes... si en cada colectivo hay gente que es realmente feliz y otra no lo es, significa que las circunstancias externas y lo que poseemos, apenas influye realmente para que podamos ser felices o no. Y la verdadera fuente de esa felicidad personal y de su infelicidad, está en nosotros mismos, y en cómo vivimos nuestra vida y lo que en ella ocurre. El libro, me ha traído recuerdos de hace mucho tiempo, cuando, a pesar de las dificultades que atravesé con toda la incertidumbre de mi discapacidad, sin saber qué iba a ser de mi vida, al comienzo de ir en silla de ruedas, con una salud precaria, con dudas de todo tipo... era una de las personas más felices del mundo. Y recuerdo que la clave de aquel sentimiento estaba en la actitud de gratitud que mantenía hacia todas las cosas. Leerlo, ha hecho que ese sentimiento volviese a aflorar en mí, y que hoy haya sido un gran día.

No he hecho nada especial ni maravilloso. Pero lo que he hecho, ha estado acompañado por una sensación de gratitud. No se trataba de salir de la habitación con un pensamiento de “qué guapo soy, qué tipo tengo”, sino un pensamiento sincero, desde el interior, de gracias a la vida. Gracias por estar vivo, por hacer lo que me gusta, por estar en un lugar hermoso, por estar animado, por el sol, por los amigos que me dan los buenos días con un sms, por mi madre a la que escucho cada noche, por toda la gente que me escribe y que me llama... podría pensar que son pocas personas; pero en vez de valorar eso, valoro que alguien se acuerda de mí; y eso me hace estar agradecido. Hay tantas cosas por las que estar agradecido... y he notado que, sin esfuerzo, esa sensación me ha acompañado todo el día. Y lo bueno, es que sé que es una actitud que se puede alimentar porque siempre hay cosas por las que estar agradecido. No se trata de vivir la vida en un mundo de color de rosa; no se trata de mirar a otro lado y dejar de ver las enfermedades, las deudas económicas, la ausencia de empleo, las penurias... sino de ver las cosas conforme son, y ser capaces, por encima de todo, de encontrar algo que nos haga sentirnos afortunados. Os invito a que, durante un par de días, antes de iros a la cama, penséis en algún momento del día que os haya hecho sentir bien. Seguro que hay alguno, y seguro que, poco a poco, van ganando espacio a la pesadumbre.

En cuanto al día en sí, os cuento que esta mañana hemos ido mi entrenadora y yo al ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo, población donde está ubicado el CRE. El alcalde y el concejal de deportes querían despedirnos y desearnos suerte en Londres. Ha sido más una reunión cordial que un acto político en sí. Lo bueno de los ayuntamientos pequeños es que todo es más cercano y más personal. Cuando regresemos de los juegos, volveremos a vernos para ver cómo ha ido todo.

El resto de la mañana lo he pasado haciendo la maleta. Reconozco que ando algo agobiado con ella. Y quizás, como dice mi entrenadora, le esté dando demasiada importancia. Pero es que no las tengo todas conmigo de que vaya a caber todo en una única maleta y que además ésta no pese más de 23 kilos. De momento, he hecho una maleta “PLAN A” donde va todo lo estrictamente necesario, y un segundo apartado de “PLAN B” que meteré si el peso y el despacio disponible lo permite. ¿Meticuloso yo? Jajaja! Que conste que no soy Virgo... jajaja!

Bien, siguiendo con la pauta de estos días, no he hecho descanso después de comer. Me he quedado leyendo y escribiendo, que es un buen descanso, pero digamos que no me he tumbado; con el fin de seguir con las rutinas que tendremos en Londres. Y tras ese momento de no-descanso, he tenido sesión de aeróbic.

Os adjunto una foto que os contaba ayer que le hice al sol, el cual se encontraba detrás de una densa nube de humo y ceniza por el incendio que hay en la zona de Castrocontrigo, al sur de León. Y os pongo también el enlace a la web www.paralimpicos.es donde podréis seguir en tiempo real los resultados que vayamos obteniendo en Londres. En ella podréis ver el currículum de los deportistas, dónde y cuándo juegan, fotos, entrevistas...



Y poco más. Ayer volvió El Maestro; por lo que voy a ver si aprovecho y salgo con él un rato y nos contamos cómo nos ha ido el veraneo. Mañana, os escribiré un poco más.

Besos a todos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario