Hum...
Hola a todos! Cómo ha ido el día?
Espero que bien, y que el calor os haya pillado a buen recaudo. Para
mí, como es ya costumbre, ha sido un día sencillo y ameno. Otro de
esos de no parar, camino de una cita que está cada vez más cerca...
Esta mañana he vuelto a madrugar un
poco más de lo normal para poder entrenar en pista antes de ir al
fisio. Seguimos con los trabajos de precisión, avanzando muy
lentamente, pero avanzando. Después del entrene, he estado en fisio.
Hoy, hemos dejado descansar el psoas y nos hemos centrado en mantener
el brazo y antebrazo. No duele, no molesta, pero nunca está de más
atenderlo. Mañana será la última sesión y la dedicaremos de nuevo
al psoas. Por eso, hoy hemos optado por dejarlo descansar. Cuando he
regresado al centro, me he quedado con los chicos jugando al tenis de
mesa dentro de las actividades de la semana del deporte. Es un
deporte que me gusta mucho. De hecho, es el primero que hice al
comenzar a ir en silla, allá por el año 99. eso sí, hacía un sol
tremendo, por lo que apenas me he quedado media hora. Pero ha vuelto
a ser divertido! Tendré que plantearme jugar más, jejeje...
Por la tarde, tras descansar un poco y
ver los combates de lucha libre en la tele, he tenido sesión con
“Pedi”. Hoy hemos visto el penúltimo episodio de Modern Familiy.
Cachis... sólo me queda uno! Me van a venir justos, jajaja!
El episodio de hoy, llevaba consigo un
mensaje que me ha gustado. En él, uno de los protagonistas llevaba a
su mujer a un restaurante, y le ofrecía que leyese la carta de los
sandwich. Uno de ellos, llevaba el nombre de él, en honor a un
sandwich que solían hacerle de joven. Ella, tras probar el sandwich,
dice que no le gusta y lo desprecia; lo que hace que él se ponga
serio. Ya no porque a ella no le gustase el sandwich, sino por no
respetar sus sentimientos ante lo que ese objeto representa. Supongo
que muchas veces juzgamos o valoramos las cosas que nos cuentan o nos
enseñan los demás, al tiempo que olvidamos que, dejando a un lado
el objeto en sí, hay detrás una carga afectiva que la otra persona
desea que apreciemos. Me ha gustado esta escena porque me ha ayudado
a recordar eso: el respeto de un sentimiento que un hecho o un
objeto, por absurdo que nos parezca, puede suscitar en la persona que
nos lo da a conocer.
Y poco más. Ahora dudo en si salir a
comprar unas cosas que necesito, o quedarme en la habitación. Me
aburre quedarme aquí hasta la cena, que quedan tres horas. Pero hace
taaaaanto calor...
Mañana os cuento el desenlace. Besos a
todos!
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