jueves, 9 de agosto de 2012

...20...


Hum...

Hola a todos! Cómo ha ido el día? Espero que bien, y que el calor os haya pillado a buen recaudo. Para mí, como es ya costumbre, ha sido un día sencillo y ameno. Otro de esos de no parar, camino de una cita que está cada vez más cerca...

Esta mañana he vuelto a madrugar un poco más de lo normal para poder entrenar en pista antes de ir al fisio. Seguimos con los trabajos de precisión, avanzando muy lentamente, pero avanzando. Después del entrene, he estado en fisio. Hoy, hemos dejado descansar el psoas y nos hemos centrado en mantener el brazo y antebrazo. No duele, no molesta, pero nunca está de más atenderlo. Mañana será la última sesión y la dedicaremos de nuevo al psoas. Por eso, hoy hemos optado por dejarlo descansar. Cuando he regresado al centro, me he quedado con los chicos jugando al tenis de mesa dentro de las actividades de la semana del deporte. Es un deporte que me gusta mucho. De hecho, es el primero que hice al comenzar a ir en silla, allá por el año 99. eso sí, hacía un sol tremendo, por lo que apenas me he quedado media hora. Pero ha vuelto a ser divertido! Tendré que plantearme jugar más, jejeje...

Por la tarde, tras descansar un poco y ver los combates de lucha libre en la tele, he tenido sesión con “Pedi”. Hoy hemos visto el penúltimo episodio de Modern Familiy. Cachis... sólo me queda uno! Me van a venir justos, jajaja!

El episodio de hoy, llevaba consigo un mensaje que me ha gustado. En él, uno de los protagonistas llevaba a su mujer a un restaurante, y le ofrecía que leyese la carta de los sandwich. Uno de ellos, llevaba el nombre de él, en honor a un sandwich que solían hacerle de joven. Ella, tras probar el sandwich, dice que no le gusta y lo desprecia; lo que hace que él se ponga serio. Ya no porque a ella no le gustase el sandwich, sino por no respetar sus sentimientos ante lo que ese objeto representa. Supongo que muchas veces juzgamos o valoramos las cosas que nos cuentan o nos enseñan los demás, al tiempo que olvidamos que, dejando a un lado el objeto en sí, hay detrás una carga afectiva que la otra persona desea que apreciemos. Me ha gustado esta escena porque me ha ayudado a recordar eso: el respeto de un sentimiento que un hecho o un objeto, por absurdo que nos parezca, puede suscitar en la persona que nos lo da a conocer.

Y poco más. Ahora dudo en si salir a comprar unas cosas que necesito, o quedarme en la habitación. Me aburre quedarme aquí hasta la cena, que quedan tres horas. Pero hace taaaaanto calor...

Mañana os cuento el desenlace. Besos a todos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario