lunes, 9 de julio de 2012

...51...


Hum...

Hola a todos! Han pasado casi dos semanas desde que os escribí. Cómo va todo? Espero que bien; que cada uno de vosotros continúe caminando hacia el objetivo que se haya marcado. Pero que, por encima de todo, sea cuales sean las circunstancias en las que os habéis encontrado estos días, os hayan permitido entender el porqué de su existencia. Recordad que nada ocurre porque sí.

Yo, aunque estuve unos días en casa, desconectando de la boccia y cargando pilas de cara a la recta final que queda, no he dejado de hacer ejercicio. Tal y como hablaba con mi entrenadora esta mañana, el deporte es algo más que la práctica concreta y temporal de una actividad. Es un estilo de vida; y eso hace que uno siga practicándolo allí donde está, de una forma u otra. Y ya no sólo el deporte, sino la comida, el agua, las horas de sueño...

Supongo que, haber mantenido todos los hábitos en los días que no estuve en el CRE, ha permitido que hoy fuese, en muchos aspectos, un día más. Me he levantado a la hora de siempre, he desayunado lo mismo de siempre y, tras reposarlo, he visto con pedi un episodio nuevo de Moderm Family (bieeeeen, episodios nuevos). Después, he salido a comprar algo de fruta y yogures. Me apetecía tomar un poco el sol y el aire; así que me he ido a un supermercado algo más lejano del habitual. Y bueno, con eso, se me ha ido la mañana.

Por la tarde, después de comer y descansar un rato, he tenido la sesión de aeróbic. Ha estado bien, he de reconocer que la tengo un poco saturada ya, pues me la sé de memoria hasta el punto de saber cuándo va a estornudar alguien o decir algo. Pero bueno, aun así, sigue siendo una sesión divertida.

Ahora, aprovechando que todavía quedan dos horas y media para la cena, voy a salir a mirar unas zapatillas. Las mías están bien; pero tienen cuatro años ya, y me apetece cambiarlas. Y como hace tiempo que no me doy un capricho, voy a dar un vistazo en las rebajas.

Bien, os cuento la sorpresa del día. Esta mañana, me ha llamado mi hermano, que estaba escuchando la radio en el coche, porque, de repente, uno de los locutores del programa se ha puesto a hablar de mi libro. Al parecer, un amigo se lo había prestado, lo ha leído y le ha gustado; y lo recomendaba a los oyentes. Buah! Ha sido una gran alegría. Sobretodo, porque el libro, por sí mismo, va abriéndose camino y va siendo comentado por mucha gente por lo que en él se cuenta y, por lo que veo, sobretodo por el cómo se cuenta. Os pongo el enlace por si queréis oírlo. Está en el minuto 23.


Y poco más. Voy a ver si El Maestro quiere acompañarme a ver zapatillas. Mañana os cuento.

Besos a todos!!

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