martes, 17 de julio de 2012

...43...


Hum...

Hola a todos! Cómo está yendo el inicio de semana? Espero que bien, y que el calor os esté dando una pequeña tregua para poder dormir y descansar. Aquí, por las noches, sigo durmiendo con el pijama y bien tapadito. Un gusto... las botellas de agua que tengo en la habitación, que están en el suelo, se conservan de lo más fresquitas. Por cierto que, una auxiliar, me contaba hoy que el centro se construyó sobre una laguna que drenaron en su día; y se ve que, por alguna razón, la estructura se mantiene fría todo el año. Qué cosas... quizás esto dé para una historia de miedo, jajaja.

Bien, tras disfrutar del día de descanso de ayer, que se basó principalmente en comer fuera un estupendo bacalao y un milhojas de fresas, pasear y observar escaparates y personas, os escribo hoy con la mente muy calmada. Es curioso darme cuenta de cómo he vuelto, tras la semana de descanso en casa y los cuatro días de entrene en pista con el deportista canadiense, a un estado mental de rutina. Ya no hablo de aburrimiento, sino de un estado en que todo está en su sitio y sucede a su hora; no me sé explicar, pero es al mismo tiempo, como si nada hubiese sucedido, como si no me hubiese marchado, y al mismo tiempo estoy con la sensación de haber descansado y tener las energías renovadas.

Esta mañana, hemos tenido entrene en pista. Hemos hecho básicamente los mismos ejercicios de siempre; no se trata de innovar a estas alturas, sino de hacer las cosas cada vez mejor. Por ello, no hay mucho que contar de los ejercicios en sí. Por cierto que, justo antes de empezar a entrenar, me han hecho una entrevista para ABC. Si sale algo, ya os mandaré el enlace. En cuanto al resto de la mañana, la he pasado en la habitación, leyendo el periódico y viendo en las noticias los diferentes despropósitos que están ocurriendo en Valencia.

Por la tarde, he tenido sesión con “Pedi”. Hemos visto un nuevo episodio de Modern Family. El de hoy ha estado francamente bien. De hecho, como dura casi lo mismo que el pedaleo, luego he vuelto a ver un trozo mientras estiraba y merendaba. Por cierto que, algunas de las personas que leen este blog, me han dicho que se han enganchado a la serie a raíz de leer mis comentarios.

Después del pedaleo, he salido a comprar una pila para el cronómetro, pues estaba prácticamente agotada y costaba ver los números mientras pedaleo. Y ya de paso, he dado un largo paseo por la calurosa ciudad. El trayecto, que suele ser siempre más o menos el mismo, siempre tiene una parada obligada frente al parador de San marcos; donde hay unas pistas de tierra donde la gente, más bien mayor, juega a la petanca. Me gusta observarles, ver sus decisiones, su forma de jugar... pero, sobretodo, me gusta el ambiente que hay de amistad y de pasarlo bien por encima de todo. A veces pienso que ya no se trata de que los abuelos saben divertirse; sino de que, aquellos que saben divertirse, llegan a ser abuelos algún día.

Y poco más. Ahora iba a salir a dar una vuelta con El Maestro; pero el pobre, en un acelerón de su silla, se ha llevado por delante a su novia y la pobre está con un tobillo con hielo encima de la cama y él un poco apesadumbrado. Así que voy a ir a ver si les saco unas risas a los dos.

Mañana os cuento más cosas.

Besos a todos!

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