martes, 19 de junio de 2012

...71...


Hum...

Hola a todos! Cómo ha ido el día? Espero que bien, y que hayáis encontrado en él el sentido que tenía el día en sí mismo. Muchas veces, aunque nuestros proyectos y nuestros sueños obedecen a una idea general, no debemos olvidar que cada día forma, en sí mismo, una experiencia única, con sus metas, con su sentido, con sus mensajes...

Bien, tras tres campeonatos, tres semanas viajando, compitiendo y demás, vuelvo a escribiros para seguir compartiendo con vosotros la experiencia que nos llevará a Londres el próximo 27 de agosto. Aunque regresé el domingo, ayer tuve el día de descanso; y aproveché para comenzar a leer un libro que me regaló una buena amiga este fin de semana. Di un paseo por la ciudad, me quedé un tiempo en la iglesia de San Marcos y aproveché una sombra para quedarme leyendo mientras las horas de la tarde se iban marchando y llegaba la noche tan callando. Necesitaba un día para detener la actividad deportiva, escucharme y dejar de funcionar para volver a sentir cada instante de lo que hacemos cada día.

Hoy, he vuelto al fisio, para restablecer el cuerpo del trabajo de estos días. Hemos estado estirando el recto anterior de la pierna izquierda, pues he tenido algunas molestias con él cada vez que me agachaba para coger o lanzar una bola. Después, he salido a correos a enviar un par de libros; y he regresado al centro para hacer unas cosas.

Por la tarde, en vez de entrenar, he estado hablando con mi entrenadora sobre dónde nos encontramos y sobre en qué estado y de qué manera queremos llegar a este final de temporada. Es importante, no sólo ser conscientes de dónde estamos y a dónde queremos llegar; sino saber, de todos los caminos que existen para llegar a ese día, cuál queremos recorrer.

Después de la reunión, he vuelto a salir a pasear, a terminar de airearme. Me he encontrado con una persona a la que aprecio, y nos hemos quedado hablando un buen rato. Luego, una pequeña merienda en una pastelería, la compra de un libro, el último de Matilde Asensi, y un largo paseo de regreso al CRE.

En resumen, un día sencillo que hace que, como el de ayer, me vaya a la cama con una sonrisa en la cara.

Y en parte, esa sonrisa, es porque me alegro de volver a veros.
Muacs!

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