Hum...
Hola a todos! Cómo ha ido el día?
Espero que bien, y que hayáis disfrutado de los vuestros, haya
habido celebración o no. a veces, los pequeños momentos al lado de
las personas que queremos son más valiosos que las grandes
celebraciones. A fin de cuentas, lo importante no es estar al lado de
los demás en sus momentos de celebración; sino en los momentos en
que realmente nos necesitan.
Bien, ayer no os escribí porque tuve
mi día libre. Aproveché para salir un poco, comer fuera, ver un par
de escaparates y, sorprendentemente, algo de nieve también. Hoy, he
vuelto a la rutina, al deber de cada día y, a fin de cuentas, a
continuar persiguiendo mi objetivo. Me he levantado a la hora de
siempre y he bajado a desayunar. Los residentes todavía no se
acostumbran a verme tan temprano en el comedor a pesar de ser
domingo; y siempre me preguntan a donde voy. Y cuando respondo que
tengo que entrenar, siempre exclaman un “jo...”.
Hoy, no tocaba sesión con “pedi”,
sino ejercicios de brazos. Es un poco más breve pero no por ello
menos intenso. Y necesitaba algo que me animase a hacer ejercicio de
buena mañana. Así que he pasado de ver películas y me he puesto un
vídeo que creo ya os mandé una vez, de un concierto de 2007 en
Japón, donde tocan la pieza del bolero de ravel. El director
transmite una fuerza con su mirada que es insultante. No mueve los
brazos; sólo mira a los músicos conforme tienen que entrar en
acción y, con un gesto con la mirada, como si fueran las ráfagas
que nos hace un coche con las largas, les va dando paso. Siempre me
ha fascinado este bolero por la fuerza que transmite. Y hoy, me
apetecía sentirla a todo volumen.
Después del ejercicio y poner un poco
de orden en la habitación, he seguido ensobrando algunos libros que
todavía me quedan por enviar. Si todo va bien, mañana mandaré
todos los que quedan pendientes. Hay algunas auxiliares del centro
que lo han comprado; y una de ellas, que lo comenzó ayer, va
diciendo que le gusta mucho; lo que hace que el resto se anime a
comprarlo también. MooOOola! Total, que entre esto, charlar un poco
con El Maestro y otro poco con el residente jovencillo, se me ha ido
la mañana.
Hoy, me apetecía darme un pequeño
capricho. Creo que es bueno, de cuando en cuando, cuidarse y mimarse
un poco. Y ya que mis compañeros de mesa no están los fines de
semana e iba a comer solo igual, he llamado al chino para que me
trajesen comida al centro. Hacía meses que no comía del chino!! y
como me notaba el cuerpo raro, he optado por comer un poco de
glutamato monosódico y estimular el sistema inmunológico, jajaja!
Ayssss... qué bien se me ha quedado el cuerpo después de reciclar
la comida! Jajaja!
Tras la comida y el descanso, ha tocado
sesión de pedalier. Y hay que ver los calores que le siguen subiendo
a uno en los 42 minutos que dura la sesión que tengo grabada. Pero
está bien, porque tengo pequeñas referencias de canciones o
comentarios que se oyen en la grabación, y voy viendo que aguanto
más que antes al llegar a esos momentos en los que antes ya estaba
jadeando.
Después del aeróbic, en el centro
iban a hacer una actividad que no me atraía mucho; así que nos
fuimos la pandilla a la asociación de jubilados donde solemos ir a
tomar algo. Hemos estado un rato y, conforme iban llegando las
abuelas dispuestas al bailoteo dominical, nos hemos marchado de
regreso al centro.
Y poco más. Ahora, es mi momento; así
que os dejo aquí con la promesa de veros mañana.
Besos a todos!
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