Hum...
Hola a todos! cómo ha ido el día? Y
el fin de semana? Espero que bien, y que una parte de él haya
servido para poner la primera piedra de alguna nueva idea, sueño o
proyecto. Los budistas consideran que debe haber ausencia de deseo,
pues no conseguir estos produce sufrimiento. Pero siempre he pensado
que un deseo o una ilusión de vez en cuando, le da algo de vidilla
al asunto...
Bien, os cuento que ayer fue mi día
libre. A diferencia de otros días libres, no cogí la furgo. De
hecho, hace más de una semana que no la muevo. A ver si bajo a
saludarla y darle un par de mimos para que no se me queje... jejeje.
Como el jueves fue el cumpleaños de El Maestro, nos invitó a diez
personas a comer al restaurante al que solemos ir de vez en cuando.
Así que me quedé en León. Después de comer y de dejar pasar las
horas de más calor, fuimos a tomar algo y quedarnos, como decimos en
Valencia “a la fresca” hasta la hora de la cena. Y de ahí, un
poco de tertulia y a la cama.
Eso fue ayer. Hoy, vuelta al trabajo,
me he levantado a la hora de siempre. Tras desayunar y arreglar un
poco la habitación, me he puesto con los ejercicios de brazos de la
mañana. Las seis series de diez repeticiones de los cuatro
movimientos diferentes que hago. Siguen siendo breves, pues me he
acostumbrado a hacerlos mientras veo el vídeo del concierto del
bolero de Ravel, y éste dura 16 minutos; el tiempo justo que tardo
en hacer los ejercicios. Pero, a pesar de ser breves, no dejan de ser
intensas.
Después del ejercicio, y ya que la
mayoría de residentes que forman la pandilla con la que suelo quedar
se habían ido a Burgos a la última jornada de la liga de Castilla y
León, y por tanto me encontraba relativamente solo, he optado por
ocupar el tiempo en algo que hacía tiempo requería que se hiciese:
poner a punto la silla. Aparte de mi medio de desplazamiento, es una
parte más del material de competición; y por tanto, he de cuidarla
tanto como cuido las bolas. Así que, sentado en el w.c. Y frente a
mi silla, le he ajustado el respaldo que no plegaba y le he cambiado
los refuerzos de las piernas, que ya comenzaban a molestarme en los
peronés.
El resto de la mañana, hasta la hora
de comer, ha transcurrido con normalidad. Al igual que la comida.
Hoy, con el tema de la competición, el comedor se notaba muy vacío,
con la gente pendiente de la F1. Así que he comido solo (siempre
como solo los fines de semana) y he subido de nuevo a la habitación.
Después de descansar un poco y
ensobrar un par de libros que he de enviar mañana, me he puesto a
hacer la sesión de aeróbic que estaba marcada en el plan de la
semana para hoy. A pesar de ser la misma sesión de siempre, me sigo
riendo con las ocurrencias de los residentes que se escuchan en el
vídeo. Eso sí, hoy he terminado con una sudada tremenda.
Calooooor!!!
Y poco más. Estoy esperando una visita
y veo que se me va a juntar con la hora de la cena. Cachis... así
que, hasta que llegue, voy a ver si leo un rato.
Besos a todos!!
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