lunes, 14 de mayo de 2012

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Hum...

Hola a todos! Cómo ha ido el día? Espero que bien, y que, haya comenzado como haya comenzado, termine de la forma que vosotros deseáis. El mío, ha sido sencillo desde el principio hasta el final. Así que puedo decir que me iré a la cama con una sonrisa.

Ha sido un día con pocas aventuras; así que no hay mucho que contar. Tenía la mañana libre y he aprovechado para ir a La Junta, un edificio enorme y oficial que hay en León que engloba a todas las administraciones. Tenía que llevar los libros para el proceso de depósito legal y registro. Todavía no había coincidido que yo tuviese una mañana libre, que no lloviese y que fuese laborable. Por lo que, hasta hoy, no he podido hacer este trámite. Por cierto que, hablando de libros, ya se han vendido prácticamente los 200 ejemplares que imprimí en la primera tirada; así que tendré que hablar con la imprenta para hacer una segunda tirada. Hoy, hablaba con un par de auxiliares sobre algunos de los capítulos del libro. En especial, el capítulo que trata de la ira y de cómo, un mismo hecho, puede cambiar en función de los ojos con que lo vemos. Ha sido una charla muy interesante.

El resto de la mañana, aparte de una visita a correos para enviar más libros, no ha dado mucho más de sí. He salido un momento a una librería para ver si tenían el último libro de Matilde Asensi, pero, aunque ya lo están anunciando, hasta mediados de junio no estará a la venta. Los que me leéis desde el principio, recordaréis que os hablé hace un año de un libro que trataba de piratas, y de la Sevilla de la época de más esplendor y que formaba parte de una trilogía. El libro que saldrá en junio, es el desenlace de toda la trama.

Por la tarde, tras descansar un rato, he estado con El Maestro haciendo una compra para él por internet. Y de allí, al entrene en pista. Hoy, junto con la entrenadora, se ha quedado a verme entrenar un chico del centro de día al que tengo mucho aprecio. Nos observaba, veía los ejercicios y permanecía en silencio. Me ha gustado que viniese, porque es una forma de que la gente de fuera sepa el trabajo que estamos haciendo. En cuanto al entrene en sí, sólo puedo decir que ha sido muy cómodo; muy agradable. Ya no por el ejercicio en sí, que trataba de trabajar la precisión. Sino porque, al mismo que estaba lanzando bolas, estaba conversando con la entrenadora y las bolas iban y hacían exactamente lo que tenían que hacer. Es una señal de que estamos, no sólo haciendo un buen trabajo, sino que además lo estamos haciendo de una forma agradable y distendida. Creo que, disfrutar con lo que estoy haciendo, es una de las grandes claves de que las cosas estén saliendo, sencillamente, como deben salir.

Y poco más. Queda menos de una hora para la cena y me apetece desconectar un poco del mundo. Así que os dejo aquí y mañana ya os cuento más cosas.

Besos a todos!

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