Hum...
Hola a todos! Cómo ha ido el día? Y
el fin de semana? Espero que bien, y que hayáis encontrado en él
algún viejo recuerdo, alguna olvidada motivación que os haga
empezar la semana con otro ánimo, con otra ilusión... a veces,
vamos trabajando día tras día, de igual forma que la arena va
avanzando por el fondo del mar y termina enterrando viejos tesoros
que hay que volver a sacar a la luz. Con los proyectos y las metas,
sucede lo mismo. Por eso, hay que estar atentos a nuestro interior,
no sea que, con el tiempo, nuestras arenas terminen enterrando
nuestros tesoros.
Bien, os cuento que ayer tuve el día
libre. Aproveché para bajar a Madrid a ver a mi madre y a mi
hermano. Exponían en una feria en la casa de campo, y pasé el día
con ellos. Los amigos que sois de Madrid debéis disculparme de que
no os haya dicho nada. Pero, ya que no les veía desde Navidad,
deseaba pasar el día únicamente con ellos. Y bueno, he de decir que
agradecí mucho el hecho de volver a verles. Ahora ya, salvo visitas
inesperadas, no volveré a verles hasta septiembre, después de los
juegos.
En cuanto a hoy, y siguiendo con el
plan de trabajo establecido, me he levantado a la hora de siempre
para hacer ejercicio. Después de desayunar, leer el periódico y
varias cosas diversas, he vuelto a poner el concierto del Bolero de
Ravel y me he puesto con las cuatro series de diez repeticiones. El
concierto me va genial, pues la última serie de repeticiones, es de
un movimiento que me cuesta más de hacer. Y como coincide con la
parte triunfal y más fuerte de la pieza musical, me anima y me da
fuerzas para llegar al final. Después del ejercicio, he estado
arreglando un poco la habitación, la ropa, una maleta que saqué
para cambiar ropa, las cajas de los libros, los juegos de bolas...
llevaba unos días con la habitación desordenada; y ya que el
profesor de zen nos dice que nuestra habitación nos dice cómo está
nuestro interior, deseaba ordenarla un poco; pues no me encontraba en
sintonía con ella.
Después de arreglarla, ha venido el
residente jovencillo a verme. Al parecer, lleva unos días con roces
con algunos residentes. En especial, con El Maestro. Y ha venido a
contarme y pedirme consejo. Y de ahí, ya, a comer que era la hora.
Por la tarde, tras descansar un poco,
me disponía a ver el partido de tenis; pero como lo han suspendido
por la lluvia, he aprovechado para dedicar y ensobrar unos libros que
he de enviar mañana por correo. Apenas me quedan 20 de esta primera
edición. Dentro de dos semanas llegarán los de la segunda edición.
Lo malo, es que como en la primera edición encargamos para mí y
para el CRE, y ahora solamente he encargado para mí, el precio ha
sido diferente. Y saldrán por 12 euros. 1 euro más caro que la
primera edición. Aun así, pienso que sigue siendo un buen precio.
Después de dedicarle un tiempo a los
libros, me he puesto con la sesión de aeróbic de hoy. Sube, baja,
estira, gira, vuelve, un brazo, ahora el otro... ufff! A pesar de
hacer la misma sesión dos veces a la semana, hay días en que me
sigue costando. Supongo que por el calor, que no ayuda mucho. Pero la
verdad es que, cuando termino, sigo teniendo esa sensación de
satisfacción de haber podido con la sesión. Mola.
Y poco más. Queda algo más de una
hora para la cena. Así que os dejo aquí y mañana os cuento más
cosas.
Besos a todos!
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