Hola a todos! Como ha ido la Semana Santa? Espero que haya sido, ante todo, sencilla. Nosotros terminamos hoy la concentración de la selección, con muchas cosas que asumir y que trabajar; pero con el buen sabor que deja el saber que tenemos el tiempo y las herramientas para hacerlo. Al final, aunque ha habido alguna ligera molestia con el tema de la altitud, en general ha sido una buena experiencia. Hemos coincidido con otros deportistas, tanto nacionales como extranjeros, y hemos respirado una vez más que el aire ya huele a Juegos Olímpicos. Las fechas y las competiciones van llenando de marcas el calendario con citas que atender de aquí a Londres.
Pero hoy, al margen de la experiencia deportiva, quería compartir con vosotros una imagen. Es una foto que ha hecho esta mañana, al levantarnos, uno de los entrenadores desde mi ventana. Es un paisaje en paz, donde el hielo y su frialdad han ido desapareciendo y dejando ver lo que había debajo. Pero, lo que realmente me ha llamado la atención, es la luna. Una luna que resulta ser la misma para aquellos que esta mañana la han mirado con optimismo, y los que la han mirado con pesar, indiferentemente del lugar y del momento personal en que cada uno de nosotros se encuentra.
Os las envió con la invitación a que reflexionemos que, muchas veces, las cosas son tal cual son; que siguen su curso; pero que dependiendo de los ojos con que las miremos, serán algo hermoso o algo incluso molesto. Y lo más irónico será que, veamos la luna con los ojos con que la veamos, ésta seguirá su curso indiferente a nuestras sensaciones. Tenemos cada mañana al despertar la oportunidad de elegir con qué ojos queremos ver lo que sucede a nuestro alrededor. Podemos decidir cuál es sentido de lo que nos ocurre, de nuestras conversaciones, de nuestros imprevistos, y, sobretodo, de nuestra rutina, y hacer que sea un buen o mal día. Las experiencias están ahí; solo hay que elegir en qué apartado de nuestro corazón queremos almacenarlas.
Qué ojos lleváis puestos hoy?
Y poco más. Ahora he de dejaros que nos vamos al entrene de la tarde. Mañana dedicaremos casi todo el día con el viaje de regreso; así que ya os escribiré el martes con calma. Os mando un gran beso a todos!
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