miércoles, 11 de abril de 2012

...140...

Hum...

Hola a todos! Cómo ha ido el día? Espero que bien, y que hayáis tenido tiempo en él para observar y sentir que, en nuestra vida, nunca caminamos solos. Y que hay personas que, sin estar presentes en nuestro día a día, siguen caminando de alguna manera a nuestro lado. Y lo hacen porque nos aprecian, y porque valoran aquello que hacemos y la etapa de nuestra vida en la que nos encontramos.

Bien, tras la agradable visita de ayer, y los momentos de descanso de la tarde, hoy he vuelto a la rutina de siempre, al trabajo, al desafío de cada mañana, y a seguir dándole pinceladas al cuadro que conforma toda esta aventura. Por la mañana, tras el desayuno y charlar con los residentes que cada mañana se acercan a mi mesa a que les cuente lo que hago, he subido a la habitación a poner un poco de orden y hacer la sesión de pedaleo del día. “pedi” y yo hemos visto el penúltimo capítulo de moderm family. Nos hemos reído bastante, pues ha sido de los episodios más cómicos que recuerdo. Y, quieras que no, os aseguro que eso a veces dificulta el pedaleo, pues comienzo a partirme de risa yo solo y se me van las fuerzas. No sé si os he contado, que el pedalier lo tengo desenchufado de la pared, y hago el pedaleo forzando el mecanismo para obtener cierta resistencia. No se trata de un pedaleo asistido. Ello, me obliga a hacer cierta fuerza en la media hora que dura la sesión. Por eso, si me río, me cuesta más. Aunque también es cierto que no hay nada como hacer las tareas con humor.

Tras el pedaleo, han venido un par de auxiliares a la habitación, o el “chalet” como lo llaman ellas, y hemos estado hablando un rato. Y entre unas cosas y otras, se me ha ido la mañana. He llamado al servicio de atención telefónica de hacienda, por aquello del borrador de la renta, pero andan un poco colapsados y me han pedido que vuelva a llamar la semana que viene. Qué país...

por la tarde, tras descansar un ratito, he bajado a la sala donde solemos jugar al ajedrez. hacía más de un mes que no jugaba; y se ha notado en las dos palizas que me ha dado El Maestro mientras jugábamos. Aun así, como siempre, sigo disfrutando con él. Me voy dando cuenta que gran parte de mis errores es que sigo jugando de forma agresiva, soltando el perro de presa que el psicólogo tan bien imita, jajaja! Y claro, ser agresivo e impulsivo es algo incompatible con ser paciente y reflexivo. Pero me voy aplicando en cuento... jajaja! Del ajedrez, hemos subido a la sala de deporte a hacer aeróbic. La clase ha estado muy bien. La he disfrutado a pesar de haber acabado algo cansado. Supongo que en parte ha sido porque hacía tiempo que tampoco iba a aeróbic por unas cosas u otras. Además, la clase la ha dado una vieja amiga, y eso también la ha hecho especial.

Hay que decir, que se me olvidaba, que hoy no había caballos porque los trabajadores de la fundación están en un curso. Y no imagináis lo que echo de menos la actividad y a Balú. Y por otro lado, como el profesor de Zen es profesor de un colegio, también está de vacaciones y tampoco ha habido grupo de meditación. Cosa que también he echado en falta. Aunque, eso, lo solucionaré después de cenar...

Y poco más. El libro se está haciendo de rogar. Esta mañana hemos vuelto a llamar a la imprenta a ver qué pasa. Me gustaría tenerlo para este fin de semana, pues hay gente que voy a ver en el Cto. De España de boccia por selecciones autonómicas, y esperan que se lo entregue allí. A ver si mañana responden que no nos han dicho nada.

Ahora, antes de cenar, como siempre, toca atenderme a mí, leer un poco, apagar la luz, quedarme en silencio un rato, o mirar el paisaje que se adivina lluvioso, cosa que me relaja mucho.

Mañana, os cuento más cosas.
Besos a todos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario