jueves, 19 de abril de 2012

...132...

Hum...

Hola a todos! Cómo ha ido el día? Espero que bien, y que hayáis podido encontrar un momento para sentir la importancia de todo lo que hacemos, y de cómo influye en los demás, en sus decisiones o en su estado de ánimo. Hemos de recordar que no somos islas, que los demás nos observan y nos escuchan. Y que debemos ser conscientes y responsables de nuestras palabras. Con ellas, tenemos la oportunidad de alentar a quien nos escucha...

Bien, os cuento que hoy ha sido un día de esos frenético, de no parar de hacer cosas... un día de esos que, si te levantas antes, es para hacer más cosas, y no para hacerlas con más tiempo. Ufff!... me he levantado una hora antes de lo normal, para poder hacer pedalier a primera hora y desayunar. Todavía estaba amaneciendo, lo que significaba que el resto de residentes todavía dormía. Así que me he puesto una peli tranquila, con la voz bajita, mientras “pedi” me daba los buenos días. Hemos visto “te puede pasar a ti”, que me gusta mucho. Un poco pastelosa, pero tiene sus momentos divertidos, y un gran mensaje acerca del valor de las promesas.

Después del pedaleo, la ducha y el desayuno, me he ido junto con un grupo de deportistas del centro a hacer una sesión de entrenamiento de boccia en la universidad con los estudiantes de educación física. Hemos pasado la mañana con ellos, jugando y haciendo diferentes ejercicios que nos han servido de entrenamiento matutino. Al terminar, se han ido de regreso al centro y mi entrenadora y yo nos hemos quedado porque teníamos que estar a las 13h. En la emisora de la universidad donde íbamos a hablar sobre boccia y sobre el CRE. Ha estado interesante. Hemos contado lo que hacemos, hemos hablado del club al que pertenecen los chicos del CRE, de mis entrenes... Cuando nos manden el postcast os lo mandaré para que lo podáis escuchar.

De la universidad, nos hemos vuelto justo para comer. He descansado un poco y hemos ido al pabellón al entrene en pista de los jueves. He vuelto a tener un campo para mí solo, para mi trabajo, para mi silencio... y a pesar de estar algo cansado del trajín de todo el día, he de decir que me he ido muy contento; pues ha sido una de esas tardes en las que las cosas, simplemente, salen bien. Hemos hecho todo el entrenamiento entre 7 y 10 metros. Y ha sido una gozada. De hecho, al regresar al CRE, iba canturreando por lo bajo la canción de “las cuatro y diez “ de Aute; y la conductora me ha preguntado a qué se debía que estaba tan alegre. Y le he dicho que no lo sabía. Que no había una razón concreta. Simplemente, había sido un buen día.

Y poco más. Ahora, como siempre, llega mi momento. Y hoy, me apetece más que nunca. Un poco de quietud, de silencio... cenaré y me iré pronto a la cama. Pero os puedo asegurar que lo haré con una sonrisa sencilla y sincera.

Mañana os cuento más cosas.

Besos a todos!


No hay comentarios:

Publicar un comentario