domingo, 22 de abril de 2012

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Hum...

hola a todos! Cómo ha ido el día? Espero que bien, y que hayáis encontrado en él un lugar o una persona que os haya hecho sentiros acompañados. Y que, a lo largo del día, hayáis tenido también la oportunidad de ser el puerto de descanso para otras personas. Muchas veces, simplemente con el hecho de estar, sois importantes para muchas personas. Porque significa que sois valiosas, y porque significa que debéis cuidar cómo tratáis a la persona que tenéis cerca. No debéis olvidarlo. Eso os hará todavía más grandes.

Bien, hoy ha sido un día intenso pero breve a la vez. Así que no me extenderé mucho. Os cuento que esta mañana, a pesar de ser domingo, me he levantado a la hora de siempre. Creo que voy a empezar a llamar al domingo como “domierves”, ya que es un día como otro cualquiera, en el que hay que seguir trabajando en pos del objetivo marcado. Hoy tocaba hacer ejercicios de brazos. Consistentes en cuatro movimientos diferentes en seis series de diez repeticiones. Así que he puesto la tele y los he ido haciendo mientras veía las noticias.

Tras el ejercicio, me he acercado al pabellón donde solemos entrenar. Hoy había jornada de liga de Castilla y León, y participaban todos los chicos que forman el grupo de boccia de competición del centro. Ha sido bonito, pues había momentos en los que estaban todos los campos ocupados con jugadores, y podías ir pasando de un campo a otro viendo lo que iba ocurriendo en cada encuentro.

A la hora de comer he vuelto al centro; pues quería descansar un poco antes de afrontar el ejercicio de la tarde. Y bueno, tras dormir un poco, he hecho la sesión de aeróbic que venía marcada en el plan de trabajo semanal. Como estaba un poco adormilado, he puesto al volumen bien alto y he hecho la sesión animándome a mí mismo pensando en la sensación que siempre me produce luego la satisfacción por hacer bien las cosas. Mi entrenadora, sabe que puede confiar en mí, y sabe que, cuando me pide que haga algo, puede estar tranquila porque sabe que lo hago. Y ese sentimiento, me lo he ganado a fuerza de cumplir con mis obligaciones. Y sentir que la persona que trabaja conmigo puede confiar en mí, es algo que hace que las cosas cuesten menos cuando uno trabaja en soledad. No me sé explicar bien. Pero, para mí, superar los momentos de tentación, en que podría quedarme durmiendo y nadie se enteraría, es una pequeña satisfacción personal. Por mí, y por las personas que confían en el trabajo que hago cuando ellas no están.

Y poco más. Como una parte más del entrenamiento, el momento del día en que estoy solo y puedo cuidar mi interior, se ha convertido en algo igual de importante como el pedaleo o el entrene en pista. Y ese momento, llega ahora, justo antes de cenar...

Esta semana he trabajado o entrenado todos los días. Así que mañana me toca descansar. Por tanto, si no ocurre nada relevante, volveré a escribiros el martes.

Buen comienzo de semana a todos!

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