Hum...
hola a todos! Cómo ha ido el día?
Espero que bien, y que hayáis encontrado en él un lugar o una
persona que os haya hecho sentiros acompañados. Y que, a lo largo
del día, hayáis tenido también la oportunidad de ser el puerto de
descanso para otras personas. Muchas veces, simplemente con el hecho
de estar, sois importantes para muchas personas. Porque significa que
sois valiosas, y porque significa que debéis cuidar cómo tratáis a
la persona que tenéis cerca. No debéis olvidarlo. Eso os hará
todavía más grandes.
Bien, hoy ha sido un día intenso pero
breve a la vez. Así que no me extenderé mucho. Os cuento que esta
mañana, a pesar de ser domingo, me he levantado a la hora de
siempre. Creo que voy a empezar a llamar al domingo como “domierves”,
ya que es un día como otro cualquiera, en el que hay que seguir
trabajando en pos del objetivo marcado. Hoy tocaba hacer ejercicios
de brazos. Consistentes en cuatro movimientos diferentes en seis
series de diez repeticiones. Así que he puesto la tele y los he ido
haciendo mientras veía las noticias.
Tras el ejercicio, me he acercado al
pabellón donde solemos entrenar. Hoy había jornada de liga de
Castilla y León, y participaban todos los chicos que forman el grupo
de boccia de competición del centro. Ha sido bonito, pues había
momentos en los que estaban todos los campos ocupados con jugadores,
y podías ir pasando de un campo a otro viendo lo que iba ocurriendo
en cada encuentro.
A la hora de comer he vuelto al centro;
pues quería descansar un poco antes de afrontar el ejercicio de la
tarde. Y bueno, tras dormir un poco, he hecho la sesión de aeróbic
que venía marcada en el plan de trabajo semanal. Como estaba un poco
adormilado, he puesto al volumen bien alto y he hecho la sesión
animándome a mí mismo pensando en la sensación que siempre me
produce luego la satisfacción por hacer bien las cosas. Mi
entrenadora, sabe que puede confiar en mí, y sabe que, cuando me
pide que haga algo, puede estar tranquila porque sabe que lo hago. Y
ese sentimiento, me lo he ganado a fuerza de cumplir con mis
obligaciones. Y sentir que la persona que trabaja conmigo puede
confiar en mí, es algo que hace que las cosas cuesten menos cuando
uno trabaja en soledad. No me sé explicar bien. Pero, para mí,
superar los momentos de tentación, en que podría quedarme durmiendo
y nadie se enteraría, es una pequeña satisfacción personal. Por
mí, y por las personas que confían en el trabajo que hago cuando
ellas no están.
Y poco más. Como una parte más del
entrenamiento, el momento del día en que estoy solo y puedo cuidar
mi interior, se ha convertido en algo igual de importante como el
pedaleo o el entrene en pista. Y ese momento, llega ahora, justo
antes de cenar...
Esta semana he trabajado o entrenado
todos los días. Así que mañana me toca descansar. Por tanto, si no
ocurre nada relevante, volveré a escribiros el martes.
Buen comienzo de semana a todos!
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