miércoles, 14 de marzo de 2012

...168...

Hum...

Hola a todos! Cómo ha ido el día? Espero que bien, y que el sol os haya acompañado allá donde hayáis estado. Para mí, hoy ha sido un día soleado, tanto por dentro, como por fuera.

Os cuento que, esta mañana, ha sido de esas de no parar. Primero con gestiones personales, devolver el famoso pantalón que me estaba pequeño, enviar un paquete por correo... y luego, hacia última hora de la mañana,me he ido a montar a caballo. Le decía a una de las chicas que trabaja allí que me resulta admirable la paciencia con la que trabaja con los niños. Cuando voy, hay un grupo de niños autistas. Y ella siempre está con uno de ellos, con una paciencia infinita, repitiendo las cosas una y otra vez. A veces pienso que la conciencia o la percepción de estos niños es como una roca. Y el trabajo de esta chica es el mar, que golpea y golpea, y poco a poco va moldeando la cara de la roca. Es constante, firme, sin una palabra más alta que otra... ¡admirable! En cuanto a mí, hemos seguido montando a Balú con la silla de montar. Poco a poco le voy perdiendo el miedo a no tener de dónde agarrarme por delante, guardando la postura en todo momento. Pero claro, implica un esfuerzo mucho mayor, y termino algo cansado. Pero sigue siendo, ahora mismo, la actividad que más disfruto. Eso sí, la fisio dice que hemos de empezar a montar de espaldas... quizás eso ya no me guste tanto, jajaja!

Tras los caballos, comer y descansar, me he ido al grupo de Zen. Hoy, ha sido de lo más interesante e intenso. La sesión ha durado una hora y cuarto, y hemos estado meditando algo más de cuarenta y cinco minutos. En la meditación, teníamos que visualizar, paso a paso, todas las cosas que hemos hecho hoy. Cómo nos hemos despertado, qué hemos pensado o sentido, qué hemos desayunado, dónde, con quién, qué le hemos dicho, qué hemos hecho por la mañana, con qué ánimo... y así repasando todo lo que hemos hecho a lo largo del día. Por un lado, es una forma de darse cuenta y ser más consciente de las cosas que hacemos y de cómo nos relacionamos con otras personas. Pero, por otro lado, es un ejercicio muy interesante para detener la mente cuando está agitada. No se trata, nos decía el profesor, de detener el pensamiento; sino de dominarlo. Nos ha recomendado que lo hagamos en momentos de agitación mental o ansiedad. Dejas que la mente siga pensando e imaginando cosas, pero de una forma controlada.

Del grupo, me he acercado a comprarme un “culot” o como se llame. Un pantalón de ciclista. Hemos pensado que me aliviará cuando estoy sentado encima del caballo. Y ya que parece que me quedan bastantes sesiones, lo mejor es ir cómodo. Y, pequeña que es la ciudad, me he encontrado a mitad camino con El Maestro y su novia, que también andaban de compras. Y nos hemos vuelto los tres dando un largo paseo.

Y poco más. Voy a ver si me relajo un poco del día y me bajo a cenar que ya es casi la hora.

Besos a todos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario