viernes, 16 de marzo de 2012

...166...

Hum...

Hola a todos! Cómo ha ido el día? Espero que bien, y que vuestros pasos de hoy hayan sido la continuidad de los que habéis dado días atrás, en pos de una meta que alcanzar... creo que es el mejor sentido que pueden tener.

Yo, aunque de forma breve y sencilla, pues no hay mucho que contar, os cuento que hoy ha sido un día agradable y placentero. Por la mañana, nos hemos ido cuatro residentes a la Fundación Carriegos, a montar a caballo. Al llegar, ya me siento como en casa, como si hubiese tenido un caballo llamado balú toda la vida. Tras saludarlo y acariciarlo, lo he movido un poco con el fin de acariciarle y cepillarle el otro costado, pues siempre le cepillo del mismo lado. Le hablo, le cuento cosas, y él se agacha a ver si, por casualidad, llevo un trozo de pan escondido. Resopla, me mira, y se deja cepillar... hoy, me he puesto el culot que compré ayer, y hay que decir que ha sido todo un acierto. Hemos vuelto a montar sin la silla, a pelo, y ha resultado ser bastante cómodo. Sigo notando mi coxis contra la columna del caballo, pero en menor medida. Y hemos probado con un cinchuelo diferente. Éste, en vez de tener un asa delante de mi abdomen, tiene dos más pequeños a los lados. Y quizás el culot, quizás el cinchuelo, o todo a la vez, me he sentado en el caballo con una comodidad enorme. Hemos dado un largo paseo, haciendo y probando cosas; y, aunque jadeante del esfuerzo que hago con las abdominales para mantener la postura, he de decir que ha sido el día que más cómodo he estado y que más lo he disfrutado. La fisio, me va advirtiendo de que pronto, montaré sólo. Y aunque es algo que me da respeto, lo entiendo. Al terminar, más charla con Balú, y un buen trozo de pan duro que llevarle a la boca. y yo, sin molestias en la espalda. MooOOola!

De allí, nos hemos ido a comer con el tiempo casi justo. La chica de la limpieza se había dejado la ventana de mi habitación abierta, y creo que se me ha escapado el tiempo por ella; pues se me ha pasado la mañana volando.

Y bueno, por la tarde, como todos los viernes, hemos tenido partidos en el pabellón. Ha estado bien.

Y poco más. Como os decía, ha sido un día de lo más tranquilo. Todavía tengo dos horas para cenar, y El Maestro me decía de salir un rato. Pero entre que el cielo se está poniendo negro, y que no he parado en todo el día, me apetece tener un ratito para mí, para relajarme y leer o ver la tele. Lo que, en pocas palabras, sería hacer nada.

Mañana os cuento más cosas.
Besos a todos!

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