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Hum...

Hola a todos! Cómo ha ido el día? Espero que bien, y que hayáis tenido un momento en él para cruzar unas palabras agradables con alguien que apreciáis. A fin de cuentas, las personas que tenemos a nuestro alrededor, son las que nos acompañan y hacen que nuestro camino sea un poco más hermoso. Hablar con ellas, es una forma de hacernos conscientes de lo que aportan a nuestras vidas y aportar algo a las suyas.

Bien, hoy, a pesar de haber huelga, me he levantado a la hora de siempre, con la máquina a punto para seguir avanzando lentamente. Me gusta imaginar, mientras os escribo, a un barco rompehielo quebrando el mar congelado, lentamente pero con firmeza. Así me siento. Firme, seguro de hacia dónde voy... mi entrenadora, ha sido la persona con la que hoy cruzaba las palabras que os decía más arriba. La que acompaña, la que adorna con su presencia... hemos hablado un poco de dónde estamos, y de lo que está por venir: concentraciones, viajes, competiciones... hay todavía un pequeño mundo por vivir antes de llegar a Londres; y hemos de saber administrar las fuerzas y las horas de trabajo que quedan. Tras la charla, hemos estado entrenando en pista. Trabajo sencillo, sin más.

Tras el entrene, me he dedicado a hacer unas cosas y esperar la hora de comer. Después, han llamado de la imprenta diciendo que el pdf del libro estaba mal, que les había salido con algunos párrafos en color marrón y descuadrados. Por lo que, tras comer y antes de volver a entrenar, me he dedicado a revisar de nuevo el libro y dejarlo a punto para volver a enviarlo mañana. Tenía la esperanza de haberlo tenido para semana santa; pero ya lo veo muy difícil.

Después, he vuelto a tener entrenamiento en pista. Esta vez, con el resto del grupo. Ha estado bien, hemos hecho juegos de precisión; de forma que entrenamos, pero nos reímos a la vez. Es una parte del entrenamiento que me gusta; pues me lo tomo en serio, pero a la vez lo paso bien con el resto de la gente.

Y poco más. Llegamos al final de la tarde, momento en que me gusta desconectar, bajar la persiana, bajar un poco la intensidad de la luz, y dejar que pase el tiempo hasta la hora de la cena, sin más... relajado... en silencio... es mi momento...