viernes, 3 de febrero de 2012

...208...

Hum...

Hola a todos! Qué tal ha ido el día? Espero que bien. A que el frío no ha sido para tanto? Jajaja! Ánimo que ya es viernes y muchos de vosotros descansáis.

Bien, os cuento que, a pesar del frío, y las alertas y la cordura, esta mañana me he levantado bien tempranito con la intención de irme, junto a cuatro residentes más, a esquiar a la nieve. Cuando vine a León el año pasado, me compré un pantalón de nieve y todavía no lo había estrenado; así que era el día ideal para hacerlo. Recuerdo que cuando lo compré, estaban ordenados en función de la altitud a la que los vas a usar. Y he de decir que han sido una gozada. No he pasado nada, nada de frío. De hecho, he de decir que, tanto los guantes como la chaqueta, eran marca North Face de doble capa, comprados en una web de esas que te lo mandan desde china a menos de la mitad de precio que están aquí, y me han abrigado de maravilla. Al igual que las famosas zapatillas de plumas que algunos de vosotros ya conocéis. Vamos, que hoy era yo el hombre North Face.

Total, que nos hemos ido a la estación de San Isidro, entre Asturias y León, y ns ha empezado a nevar cosa mala hasta el punto de que hemos tenido que esperar un par de veces al quitanieves porque no había Dios que pasase. Y al final, cuando estábamos ya a un plis de llegar, nos hemos quedado que la furgo no subía. Así que hemos pasado al plan “B” y nos hemos quedado en uno de los párkings haciendo un poco el gamberro con la nieve. Hay que decir que, para estar a -9 grados, no hacía tanto frío. En la estación estaban a -15, y con sensación térmica de -22. Y bueno, de repente se ha puesto a nevar un poco más, y por respeto a la carretera, hemos decidido regresar.

Creo que nos lo hemos pasado bomba. Quizá no hayamos cumplido el objetivo de sentarnos en las sillas de esquiar; pero a mí me ha encantado salir del centro y haber sentido el frío de la nieve en la cara por un rato (Mi entrenadora se ha encargado que la sintiese como si de un pastel de merengue se tratase, jajaja).



Y bueno, hemos vuelto a la hora de comer, con la comida en la mesa, y, de allí, al pabellón a entrenar. Ha sido todo tan corrido, que ni siquiera he tenido tiempo de cambiarme. Y gracias a Dios; porque, cuando hemos llegado al pabellón, había una especie de conserje nuevo, que entre sus funciones por aprender, estaba la de accionar la calefacción. Así que nos ha tocado entrenar a temperatura ambiente; que, para que os hagáis una idea, rondaba los dos grados.

Y poco más. Acabo de cambiarme de ropa y de hacer la cama que todavía estaba sin hacer. Voy a ver si busco a El Maestro y que me cuente un poco cómo le ha ido el día.

Mañana os contaré más cosas.

Besos a todos!!

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