martes, 31 de enero de 2012

...211...

Hum...

Hola a todos! Cómo ha ido el día? Espero que bien. Me alegra teneros de nuevo por aquí. Los días van pasando, y para mí es importante seguir escribiéndoos, pues es una forma de sentiros cerca. Estos días, a pesar de los entrenes, la selección y las horas de trabajo continuado, he tenido tiempo de echaros de menos.

Bien, os cuento que hoy, tras las semanas que han pasado desde que regresé de Navidad, he vuelto a coger otra vez el pedalier. De momento, hemos decidido mantener el tiempo de trabajo, en series de 3 minutos de pedaleo y 1 de descanso, para ir aumentándolas con el tiempo. La verdad es que es casi como dar un paseo; pero entiendo que es el ritmo adecuado. Todavía quedan siete meses de trabajo por delante y no es cuestión de ponerse a correr como si estuviésemos en los 100 metros finales. Más bien, estamos en mitad de la maratón; y todavía hay que dosificar fuerzas, tanto físicas como mentales, para poder seguir avanzando a buen ritmo. De hecho, dicen que el kilómetro 30 al 35 son los críticos de toda maratón. Si los alcanzas, es muy probable que consigas terminar la carrera. Pero, como digo, hay que alcanzarlos y superarlos.

Después del pedaleo, he estado con el Maestro charlando un poco de temas varios. Esta semana se cumple un año de la muerte de su madre, y quiero estar con él todo lo posible; pues supongo que seran días complicados para él. Me decía que harán una misa seguramente en su honor en el pueblo; pero que él no irá. -Yendo, no soluciono nada -me decía. Quizás el fin de semana salgamos a comer fuera para que nos dé a los dos el aire un poco.

Y bueno, tras la mañana, y comer, he tenido entrene en el pabellón. Ha sido de lo más interesante, ya que me he llevado el juego de bolas de siempre, y el juego que todavía no hemos ablandado. Así que he calentado con bolas muy diferentes en diferentes zonas del campo a la vez. Lo que me obligaba a ir cambiando el chip de la fuerza con que lanzaba una bola u otra en función de su dureza y distancia. Después, ya con las bolas de siempre, he seguido con los ejercicios de precisión y he terminado con partido muy interesante, en el que hemos intentado que yo jugase con un poco de estrés y presión, para ir acostumbrándome a ella. Ha estado muy bien.

Y poco más. Acabo de recibir mi silla eléctrica, que estaba en Madrid, y he de ponerle el cojín, los cubrebrazos... en fin. Dedicarle un poco de tiempo antes de bajar a cenar. Así que os dejo aquí y mañana os cuento más cosas.

Besos a todos!

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