miércoles, 23 de noviembre de 2011

...280...

Hum...

Hola a todos! Cómo ha ido el día? Me alegra encontraros por aquí un día más. Recibo con sorpresa noticias de gente que lee el blog a diario, incluso fuera de España. Y claro, ante tanta afición, no podía faltar a mi cita un día más.

Os cuento que esta mañana no he tenido sesión de fisio. El antebrazo molestaba un poco, y pienso que es más por la presión de los masajes, que porque tenga alguna lesión en sí; así que hoy hemos optado por no tocarlo y dejar que las cosas sigan su curso. A ver qué pasa. De hecho, tras hablar con mi entrenadora, he tenido sesión de pedalier. “Pedi” en la posición “off” ofrece una resistencia adecuada. Así que, aunque parezca irónico, lo utilizo estando desenchufado de la pared. Me he dado cuenta que pedaleo a más velocidad que cuando lo hacía de forma asistida; así que deduzco que estaré haciendo algo más de 17 km por sesión. Pero bueno, tampoco es algo que me obsesione. Lo bueno es que, tras el pedalier, y tomándolo ya como costumbre, me he puesto en el codo una bolsa de gel que compré con una goma elástica que se ciñe al antebrazo. Es un gel que puedes congelar o calentar, y va de maravilla para tratar o, en mi caso, prevenir lesiones. En este caso, hielo.

Entre el pedaleo e ir a ver al residente jovencillo, que estaba en la cama desde ayer, se me ha pasado la mañana. He comido y, dejando unos minutos para reposar la comida, he hecho la sesión de aeróbic en la habitación. Tocaba hacerla más tarde, pero me he apuntado a un centro donde hacen meditación Zen los miércoles, y había que variar un poco los horarios.

Total, que me he ido con el tiempo un poco justo a conocer el centro de meditación. Se trata de una “ecotienda” que hace actividades en su trastienda. Es un espacio enorme, con varias salas, donde veo que hacen yoga, meditación, talleres varios, cursos... os cuento que he entrado en la sala con mucha intriga. Lo primero que me ha gustado, es que, el chico que da el curso, es eso, un chico, sin más. No tiene apariencia de maestro, ni aires místicos. Vestía un chandal nike 6.0 y unas zapatillas mizuno, llevaba gafas y me recordaba a un humorista de la tele. En resumen, un tipo sencillo y humilde; cosa que me ha encantado. Éramos siete personas. Y bueno, la sesión ha durado una hora en la que, tras dar un repaso a nuestro cuerpo y relajarlo, hemos estado centrados en la respiración abdominal. Os aseguro que ha pasado volando. Y, aparte de eso, hemos hablado un poquito de la actitud ante las cosas, de budismo, de energías del cuerpo... y sobretodo, que es la finalidad del curso, de intentar potenciar la actitud de vivir el momento presente. Cuando escribo, ser consciente de que solo escribo. Cuando friego, solo friego, cuando como, solo como. Y no estar haciendo una cosa y tener 17 más en la cabeza. Todo muy ameno, muy interesante y, sorprendentemente sencillo. Al comenzar, el.... ¿cómo lo llamo? Maestro, sensei, no sé, ya se me ocurrirá, nos decía que, nuestra casa, nuestra habitación, es un reflejo de cómo está nuestro mundo interior. Y nos ha pedido que observemos si tenemos un mundo alegre, ordenado, limpio... y al final, me ha preguntado, en una palabra, cómo me marchaba de allí, con qué sensación. Y me ha salido sola: “quietud”.

Y poco más. He quedado con El Maestro para jugar nuestra partida en otro momento. Él había quedado para jugar con un chico que venía el año pasado al centro como voluntario. Y tantas partidas el mismo día, tampoco apetece. Ahora, voy a ver si leo un poco antes de la cena.

Besos a todos!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario