jueves, 24 de noviembre de 2011

...279...

Hum...

Hola a todos! Cómo ha ido el día? Espero que, como mínimo, tan bien como el mío. Hoy, no hay mucho que contar; pero ya sabéis que, si no os escribo, siento que me falta algo. Bien, allá voy.

Esta mañana, tras hablar con mi entrenadora y desayunar, tenía la mañana libre. Así que me he dedicado a hacer cosas varias. La residente que siempre “altera” su ordenador, llevaba dos días diciéndome que su correo no funciona. Y he subido a verlo. No me preguntéis qué le ocurría porque no lo sé. Simplemente, lo he puesto en marcha, le he dado, y funcionaba. Al final, le voy a tener que decir que no puede estar llamándome cada dos por tres... pero la verdad es que, como precisamente hoy ha venido el informático a mi habitación a configurarme la conexión en un portátil que tengo con LINUX, sentía que no podía negarme a subir yo a la habitación de ella. Ya sabéis, las cosas del equilibrio universal...

Y, hablando de equilibrio universal, os cuento que ayer, al terminar la sesión de meditación, el maestro nos mandó deberes para hoy. En la sesión, hablamos del punto de energía que está situado tres dedos por debajo del ombligo. Para los orientales, ese es el centro de nuestro ser, y de donde nace o desaparece nuestra energía. Los deberes, consistían en ser consciente de esa energía a lo largo del día e intentar, con la mirada, ir transmitiéndola a los demás. Así que, ahí me veíais a mí, mirando a unos y otros todo el día con cara de (o_o) sonriendo como si fuese un tipo raro o un loco... jajaja! Al menos, aunque reconozco que lo he intentado, he conseguido ser consciente casi todo el tiempo de esa energía.

Otra cosa que nos dijo el maestro, es que, cuando uno observa, no piensa. Es imposible observar y pensar a la vez. Y cuando observamos, al no pensar, vemos las cosas como realmente son. Y nos propuso que diésemos un paseo, y que observásemos las cosas sin más. No se trata de ver; sino de ser consciente de lo que estamos viendo. Y como hoy hacía un día estupendo, me he ido a dar una vuelta para rodar la silla nueva y, de paso, observar un poco. Y la verdad es que ha sido curioso darme cuenta de edificios que son curvos y que no había reparado en ellos, o del color tan chillón con que han pintado el hospital, o pequeños detalles en los que no había reparado antes.

Por la tarde, tras dormir un poco la siesta, todo un lujo, hemos ido a entrenar. Hoy éramos menos. Los virus, las gripes, las gastroenteritis... se han encargado de dejar a algunos en tierra. Pero, aun así, seguíamos siendo un montón. Mola. Hemos trabajado la precisión durante toda la tarde ya que, mañana, es cuando se dedica todo el entrenamiento a jugar partidos. Y bueno, es algo que está bien, que me gusta. Pienso que no se pueden jugar buenos partidos si uno no ha afinado antes la maquinaria. Como siempre, me pongo algo serio, me callo, y voy a la mía, con mis ejercicios, con mis procesos a la hora de lanzar... parece que esté enfadado, o serio, o vete a saber. Pero, simplemente, estoy trabajando.

Hoy, antes del entrene, las entrenadoras nos han dado una charla, o toque de atención, por la manera en que la mayoría de nosotros circulamos con las sillas eléctricas por la ciudad. Los hay que van por la acera, o por bajo, o en contra dirección, o cruzan las rotondas en sentido inverso, o no miran al cruzar... y eso los convierte en un peligro, para ellos mismos, y para los demás. Y la verdad es que, tener una silla eléctrica de las de ahora, que van a 10 km/h o más, es una responsabilidad. De hecho, tengo un amigo en Valencia que tiene seguro de responsabilidad civil para la silla. Quizás no haya que llegar a tanto; pero tampoco puedes sentarte en una silla y sentirte el amo de la calle, tanto arriba como bajo de la acera. Pensaba en un curso de seguridad vial para los residentes; pero creo que la mayoría tienen sus “tazas mentales” llenas y no iban a dejar entrar conocimientos nuevos. Pero, hay que recordar que, justo el día que vine al centro, murió una residente atropellada por una imprudencia que cometió.

Y poco más. Voy a ver si me relajo y leo un rato antes de bajar a cenar. Os deseo a todos una buena noche y os dejo con la esperanza de volver a veros mañana.

Besos!!

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