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Hum...

Hola a todos!! cómo ha ido el lunes? Los lunes, son especiales, porque marcan el inicio de la semana; y por tanto, podemos elegir cómo empezarla...

Bien, hoy seré breve. Os cuento que, tras desayunar y hablar con mi entrenadora de temas deportivos, he subido a la habitación a pedalear. Hay que seguir con el ritmooooo. Así que ahí han quedado, para las prosperidad, 20 km más de pedaleo.

Después, y haciéndome a la idea, me he abrigado para salir a la calle a comprar unas cosas que necesitaba. Al despertarme, el termómetro marcaba -3 grados. Y a las 11 de la mañana, apenas pasaba de 5. Pero daba lo mismo. Me apetecía salir. Además, necesitaba lo que tenía que comprar; así que el hecho de salir era algo imperativo. Y la verdad es que no era para tanto. Al sol, se estaba de lujo. Eso sí, me caía alguna lágrima del frío...

Por alguna razón, hoy sólo había un turno de comida, a las 13:30. Y por no ir corriendo de un lado a otro, he optado por comer fuera, tranquilamente. Así que he vuelto al centro después de comer. Y, en vez de descansar, me he dedicado a marcar un juego de bolas nuevo que me ha llegado hoy. Todavía pasará tiempo hasta que las use, pues hay que ablandarlas, y hemos de pasar tiempo juntos y conocernos... jajaja!

Y bueno, de ahí, me he bajado a la sala donde jugamos al ajedrez, a jugar con El Maestro. Hemos jugado dos partidas, y las dos las ha ganado él, cómo no, pero poco a poco lo voy acorralando. Hoy, me ha dicho que he jugado muy bien. Lo más frustrante, es que me suele ganar cuando ya lo tengo casi en el bote... cachis... jajaja! Disfruto mucho con él. Debo de seguir teniendo presente que me precipito en las decisiones. El perro agresivo que llevo dentro... pero estoy seguro de que lo domaré un día.

Tras el ajedrez, he subido a la sala de aeróbic. La sesión de hoy, se ha hecho con música mía que le he grabado a la entrenadora de aeróbic en un pen. Casi toda era de principios de los 90, así pegadiza para moverse. Y me ha gustado ver que algunas canciones las tarareaba casi todo el mundo. Da gusto sentirse partícipe de la clase. En cuanto a la clase en sí, ha sido cañera. Casi todos los movimientos han sido de brazos, y uno termina con los hombros algo cargados. Pero es una sensación que nunca llega a ser extenuante. Lo gracioso, es ver mañana a los que no suelen venir a todas las sesiones, y que tienen agujetas.

Y poco más. Voy a terminar de marcar las bolas y guardarlas en su bolsa. No se trata de un marcado simple; aunque el logo no es más que un “om”. Sino que es un proceso que lleva su ritual, su sonido de fondo mientras lo hago, su mantra mientras lo escribo... digamos que cada bola, queda consagrada para lo que se ha creado. Y eso, hay que hacerlo con la seriedad que se merece. Algunas bolas, me acompañarán a lo largo de este año; otras, no. Pero todas merecen el mismo trato.

Lo dicho. Me alegra veros un día más.

Besos a todos!