martes, 29 de noviembre de 2011

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Hum...

Hola a todos! Cómo ha ido el día? Espero que bien, y que no hayáis pasado mucho frío. Hace días que me pongo camisetas interiores de esquí, de Decathlon. Y hoy, por primera vez, me he puesto también un pantalón interior para salir a la calle. Y es que, ya que nos ponemos ropa térmica en la mitad del cuerpo, es absurdo no abrigar la otra media. Y como tenía que ir al centro de meditación, y hacían 5 grados, no me quedaba otra.

Bien, os cuento que, por la mañana, he tenido sesión de fisio. Con el brazo ya hace tiempo que está bien, hemos retomado el trabajo de piernas. Y ufff, después de tantas semanas sin estirarlas, hoy costaba un montón. Menos mal que por las noches me tumbo un rato boca abajo y las dejo que se vayan estirando poco a poco ayudadas por la gravedad. Según el fisio, eso ha contribuido a que no estuviesen tan mal. Si no aparecen lesiones extrañas, y mantenemos el ritmo de trabajo con rodillas y caderas, pronto recuperaremos el estado óptimo. Es cuestión de constancia y un poco de esfuerzo.

Tras el fisio, he salido un momento a recoger una cosa y he regresado al centro. Con este frío, no apetecía mucho salir. Así que me he dedicado a buscar la ropa que me iba a poner por la tarde, charlar un poco con El Maestro, que andaba algo serio, y, ya que entrenaba pronto, bajar antes a comer.

La hora de la comida ha sido un poco en plan “acoso y derribo”. Mi compañero de mesa me decía que no se irá este año a casa en Navidad. Su madre, murió un 24 de Diciembre, y es una fecha que le trae malos recuerdos. Así que prefiere quedarse solo aquí, que ir a casa y estar solo allí. Mientras tanto, Camilo, que se marcha definitivamente el sábado, anda decaído. Sólo dice lo jodido que se siente, y no le apetece hacer nada. Si lo pienso, solamente lleva un año aquí. Pero se ve que le ha cogido mucho cariño a algunas personas y ahora le cuesta separarse de ellas. Es comprensible. Aunque, si yo fuese él, intentaría aprovechar los días que le quedan en vez de quedarse en la habitación la mentándose. Hagamos lo que hagamos, el sábado llegará igualmente. Entonces, ¿porqué no disfrutar hasta que llegue?

Nada más comer, hemos entrenado. Seguimos con los ejercicios de precisión; trabajando con calma, cada uno a lo suyo. Yo, hoy con la mente en la jornada de liga del sábado; encontrando buenas sensaciones en el entrenamiento de hoy con las bolas. Será una buena jornada de liga. Hoy, he entrenado con un libro en mi cadera, en el lateral de la silla. Voy a cambiar la silla y estoy probando si estaría cómodo en una talla menos de asiento. Y bueno, todavía es pronto para decidir.

Y bueno, tras entrenar, me he ido al centro de meditación. Tocaba mañana, pero la semana pasada nos dijo el maestro que no podía este miércoles, y que lo adelantábamos un día. Pero al llegar allí, me han dicho que había llamado y que no podía ir; y que habían avisado a todos menos a mí porque no tenían mis datos. La chica, muy amable, me ha invitado a que me quedase a meditar a solas ya que estaba allí. Y bueno, como era mi momento y mi espacio, me he quedado. Y durante una hora, he estado ocupado haciendo NADA. Que parece una tontería pero es muy difícil. Sentarse en una sala zen, cara a la pared, observando tu respiración sin pensar en nada, sin analizar, sin moverse... simplemente, estar. Un gustazo. La semana que viene, a pesar del puente, hay grupo.

Y poco más. Tras pasar un frío de la leche, de vuelta, ya estoy en la habitación. Quedan dos horas para cenar, cosa que me resulta un lujo. Así que voy a ver si leo un poco y me acerco a la habitación del residente jovencillo a ver qué hace. Lleva unos días raro, raro...

Os veo mañana.
Muacs!!

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