martes, 7 de junio de 2011

Día 235

Hum...

Hola chicos! Qué tal ha ido el martes? El mío ha sido un poco complicado. Tras casi ocho meses de estar aquí, hoy ha sido el día en que las cosas se veían grises, con dudas, con incertidumbre... supongo que el fantasma del Buen Combate, la tentación por abandonar y marcharse a casa, el cansancio mental... son gotas de un vaso que se va llenando al margen del trabajo que uno hace y la ilusión con que se hacen las cosas. Hoy, ha sido necesario detenerse a pensar; a valorar, según palabras de El Maestro, si estoy feliz estando aquí. Ante mi respuesta “sí”, me ha hecho ver que entonces la duda no tenía cabida en mi trabajo diario. Es bueno dudar, y no hacer las cosas con Fe ciega, sin preguntarse, sin observarse. Cual pareja, toda crisis hace que uno salga reforzado hacia delante. Y hoy, tocaba que yo me reforzase...

En cuanto al día, os puedo contar que esta mañana he estado en fisio. Las molestias que tenía en el antebrazo han desaparecido por completo, gracias al buen hacer de la fisio que me trata en la clínica. Da gusto trabajar con ella. La semana que viene, cuando termine las sesiones, la echaré de menos. Después, he vuelto al centro para hablar con la médico de mi nueva dieta. Hay alimentos nuevos, que sustituyen a otros, y que me darán aquí; y alimentos que el centro no me puede proporcionar, como el pescado azul, que tiene espinas y por tanto no pueden comprar porque al resto de residentes les resultaría peligroso. El tema es que se compra la comida en grandes paquetes, en este caso, el pescado, en paquetes de 10 kilos. Y claro, no van a comprar 10 kilos de un pescado para mí solo. Así que ese tipo de alimentos los compraré yo por mi cuenta.

Acordado ese tema, me he ido a comer y a descansar un poco. Tras lo cual, me he ido a entrenar con el resto del grupo. Hemos ido a otro pabellón. El de siempre, lo hemos dejado a un lado porque creo que estaba ocupado, y porque, el suelo del campeonato de España y de la copa del mundo, es sintético, y era bueno que entrenásemos esta recta final en ese tipo de suelo y no en el parquet de siempre. Y bueno, como si todo volviese a su cauce, el entrene ha ido genial. Las bolas han ido donde tenían que ir, el brazo ha ido estupendo, la concentración, la respiración... todo muy bien.

Y poco más. Ya casi es la hora de cenar; así que ya leeré luego, antes de irme a la cama. Camilo sigue comiéndose el pan de su compañero de mesa a pesar de que él ya lo sabe. Otro residente, se levanta de su mesa y va por las mesas cogiendo los panes que nadie quiere... es la guerra del pan!! Por otro lado, os cuento que hay una auxiliar que hizo en febrero el primer grado de Reiki; y ha venido a mi habitación a charlar un poco y que le enseñase mis cuencos, el molino de oración... y, ante su petición de ver mis objetos espirituales, casi le enseño el mejor de todos: ¡¡la papelera!!

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