viernes, 3 de junio de 2011

Día 231

Hum...

-ta! Groumf, graf, ta!
-Coño Camilo, qué haces?
-ta! Qué?

Esta era la conversación que tuve anoche mientras veía cómo Camilo, en la mesa de enfrente, entraba de los primeros en el comedor y se comía, a marchas forzadas y casi sin masticar, el panecillo de uno de los tres residentes con los que comparte mesa. Cuando llegó el otro residente, que por cierto es aquel que una vez hizo una cosa prohibida (oooooh!), allí nunca había pasado nada. Camilo ni siquiera tenía migas en la comisura de sus labios, y miraba con cara ausente la cara del ahora sin panecillo, como si no supiese de que iba la cosa. En fin... No es que pasemos hambre. Además, basta con pedir más pan y te lo dan. Pero lo de esta gente y los panecillos, empieza a ser cómico.

Pero, para cómico, ha sido la situación al ir hacia la clínica de fisioterapia, cuando, en mitad de la calle, me han asaltado dos abuelitas lindas:
-Nene, te gusta leer?
-(¿nene?, 36 años, sin afeitar y tengo cara de nene?) uyyy, es que tengo prisa, saben?
-Ah, pues toma y lo lees en casa con tus papás (me entrega un folleto de los testigos de Jehová). Pero leelo, eh? Que estas cosas son para que sepas que Dios te ama...
-Trataré de recordarlo... (En este momento, me habría detenido a conversar con aquellas dos señoras, con el fin de que me explicasen si su labor evangelizadora, se debe a un mandato superior o al hecho de satisfacer el propio ego de haber convencido a alguien de que se está en posesión de la verdad. Pero, como tenía cita previa, y el tiempo apremiaba, lo he dejado para una ocasión más venidera. Que seguro que la hay...).

Y bien, el que no deja de sorprenderme, es Carmelo. Hoy, me contaba que tardará unos días en ver a su princesa. Pero que espera con paciencia. Le he preguntado cuánto tiempo llevan juntos; y la sorpresa ha venido cuando me ha dicho que no lo sabía. Que, aunque tiene la sensación de que se conocen desde el comienzo de la eternidad (osea, que la eternidad posee un principio y es el fin lo que se alarga), sabe que apenas se conocen unos meses. Pero, que lo valioso, lo que le hace vibrar y a mí verle con los ojos relucientes, no son las experiencias que han vivido juntos durante ese tiempo; sino la idea de todo lo que les queda por hacer... a su entender, lo que enriquece una relación es tanto, lo que has vivido y aportado, como el futuro que se puede vislumbrar con una persona y todo aquello que tendrás la oportunidad de darle. Me ha gustado mucho esa idea.

En cuanto al d´ia de hoy, puedo contaros que he tenido fisio por la mañana. La recepcionista, telefonista, que además es la que pone las corrientes y los ultrasonidos, estaba con un cólico; así que los demás iban un poco de culo. Es lo que tiene cuando delegas en una persona funciones y conocimientos y un día esa persona falla.

Tras el fisio, he ido a comer con el tiempo justo; y de ahí, a entrenar en el pabellón. Como todos los viernes, se trataba de hacer partidos. Pero con la diferencia de que hoy, he seguido esforzándome por jugar con la mano izquierda. Mi rival, ante una bola clara para la mano diestra, me preguntaba porqué no iba a lo fácil y tiraba con la derecha. Y le he dicho que, precisamente, se trata de eso, de acostumbrarse a que, en ocasiones, hay que lanzar con la otra mano. Y si es algo que no has trabajado, difícilmente va a salir bien cuando haya que hacerlo.

Y poco más. Este fin de semana toca hacer ejercicio, pero tendré bastante tiempo para pasear y leer. He visto que hay un torneo internacional de ajedrez en el auditorio de León; y me han dicho que es el segundo más prestigioso del mundo. Igual me acerco a dar un vistazo.

Os veo mañana!!


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