domingo, 29 de mayo de 2011

Día 224 - 226

Hum...

Mis queridos amigos, qué tal ha ido el fin de semana? El mío, como los anteriores, ha sido tierno y hermoso. Voy compaginando los días de entrenamiento con los días en que puedo estar con la mujer que amo. Incluso, como los dos hacemos deporte, podemos compaginar nuestras actividades deportivas allí donde estamos.

Bien, os cuento que, el viernes, estuvimos entrenando en la pista. Como todos los viernes, era tarde de partidos. Hay un par de chicos que se han clasificado para ir a jugar al campeonato de España de boccia. Y según tengo entendido, la intención es que los viernes jueguen partidos conmigo para ir trabajando. Fue un partido interesante. Con muchas situaciones complicadas para ambos, lo que nos obliga a seguir mejorando. Y eso, es algo que me encanta.

En cuanto al fin de semana, aunque era fin de semana de descanso, tenía que hacer una serie de ejercicios, tanto el sábado por la mañana y tarde, como el domingo. Aproveché que estuve en Oviedo para ir y ver una tirada oficial de tiro olímpico de personas con y sin discapacidad. Vi a un par de paralímpicos, pude observar sus materiales, su postura a la hora de disparar... y tuve la suerte de conocer al seleccionador. Un hombre abierto y campestre, alegre y simpático donde los haya. Estuvo conmigo un buen rato, viendo cómo tiraba yo, la posición, el arma, la silla... y me estuvo corrigiendo errores de cara a cuando quiera tirar más adelante. El ambiente de la competición, fue muy bueno, muy sano... daba gusto.

Aparte de la jornada de tiro, he paseado por Oviedo, ciudad que me tiene encantado. He visto la construcción que inauguraron hace poco de Calatrava. Se trata de un centro comercial donde hay un par de Consejerías y un hotel. Los que sean de Valencia, al ver el complejo, identificarán enseguida al arquitecto. Y es que este hombre lo hace todo bajo el mismo patrón... se supone que la peineta que lo cubre todo es articulada y se abre. Pero, al igual que ocurre con el Ágora de Valencia y el hemisféric, no funciona porque es arriesgado ponerlo en marcha. En fin... una tomadura de pelo en forma de casco relleno de mármol blanco.



Y poco más. Hace un tiempo estupendo; demasiado calor para mi gusto. El paisaje de la autopista entre León y Oviedo es, simplemente, abrumador. Los verdes se van reflejando en los dos embalses, y las montañas cortadas se alternan con los prados de hierba en los que se salpica alguna vaca de cuando en cuando. Da gusto conducir despacio para observar todos los detalles de tan inmenso cuadro.

Lo dicho, mañana os cuento más cosas.

Os abrazo!

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