jueves, 19 de mayo de 2011

Día 216

Hum...

Mis queridos amigos, qué tal el día? Hace un rato, hablaba con una de mis mejores amigas, y le decía que hoy, viernes, apetecen otras cosas para terminar la semana. Y ella, riéndose, me decía que hoy, ¡es jueves! Jolines, si es que no sé ni en qué día vivo. Últimamente, me levanto, hago las cosas que tengo que hacer, como, descanso, sigo entrenando, y me voy a la cama sin enterarme mucho de qué día de la semana ha sido. Es gracioso cómo puede perderse la noción del tiempo... pero no me quejo; pues, por otro lado, veo que he acostumbrado a la mente a que no me pida descansar porque sepa qué día de la semana es. Y ese, era uno de los objetivos que nos hemos marcado. Así que, mooOooola!

Bien, os cuento que esta mañana he seguido con la sesión de cine-boccia. Hoy, he estado viendo el partido de semifinales que se jugó en Beijing, entre los dos brasileños. Ha sido muy interesante, ya que no recordaba quién ganó, y no se intuía el resultado hasta el último parcial. Sigo tomando notas de ellos, de su forma de jugar, la zona... como le dijo Alec Baldwin a Sean Conery en “La caza del octubre rojo”, hay que conocer al rival.

Tras la sesión de vídeo, me he ido al fisio. Hoy tocaba sesión de una hora. Qué gusto! Sigue siendo un momento para guardar silencio y observar las sensaciones que el cuerpo me transmite. Sensaciones que están ahí en todo momento, pero que, solamente cuando nos detenemos, nos hacemos conscientes de ellas. Creo que, si tuviese un hijo y me preguntase qué ser de mayor, fisioterapia sería una de mis respuestas.

Tras el fisio y comer, he descansado un poco antes de ir al entrene de la tarde. Hoy, ha sido un poco emotivo, ya que los estudiantes del INEF que estaban con nosotros terminaban hoy. Así que ha sido momento de despedidas, abrazos y fotos. Han sido todos muy buenos en su trabajo, y seguro que lo hacen genial allá a donde vayan. Desde aquí, les deseo lo mejor. Y bueno, tras la despedida, se han quedado con nosotros y hemos hecho un entrene interesante. En mi caso, sigo trabajando estos días con la mano izquierda, como si la derecha no existiese, y voy notando cómo voy integrando el pensamiento de que he de lanzar con ella de forma automática. Poco a poco, el gesto va saliendo de forma natural... estamos haciendo un gran trabajo con esa mano, que se traducirá en una serie de recursos extras a la hora de jugar un partido.

Pero, como todo lo extrapolable del deporte, el beneficio de entrenar la mano izquierda no queda solamente en el hecho de lanzar bolas; sino en la precisión para hacer cosas de la vida diaria, poner agua en un vaso, escribir, colocar algo en un enchufe... dicho de forma vulgar, es como empezar a tener dos manos derechas, jajaja!

Y poco más. Os dejo que me bajo corriendo a cenar. Mañana os contaré que he hablado con Marcial acerca de sus espíritus. La curiosidad me pudo y fui directamente a preguntarle...

os dejo con la intriga. Besos a todos!

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