martes, 26 de abril de 2011

Día 193

Hum...

Hola chicos! Qué tal ha ido el día? El mío, como en los buenos tiempos, ha sido un no parar. Así que voy a ver si os cuento con calma lo que el día ha dado de sí.

Esta mañana, tras el desayuno, el fisio estaba ocupado, por lo que hemos cambiado el orden de las cosas. Así que me he subido a la habitación a pedalear un rato. Hay días, como a todo el mundo, en que las cosas cuestan un poco más; y has de pensar en los beneficios de lo que estás haciendo, en el futuro, en la utilidad de lo que haces ahora de cara a cosas venideras... y bueno, pensando en ello, sudando como si fuese verano, se me ha ido la media hora del pedaleo.

Después, me he ido a comprar nueces de macadamia, que me encantan, y a mirar una tarjeta de esas de recarga para el móvil para cuando haga viajes al extranjero; pues toda la gente que conozco que tiene un iphone, se ha llevado sorpresas desagradables en sus facturas. Así que nada, me traje un móvil sencillito de casa, le he puesto la SIM, y marchando.

Después de las compras, he vuelto al centro a que me estirase el fisio. Ayssss! Qué gusto da la sensación de extender las piernas. No voy a negar que al principio, como todo estiramiento, duele un poco. Pero tengo la seguridad de que hoy voy a dormir muy bien...

En la comida, me he encontrado con una sensación peculiar. Recuerdo que hace un par de meses, os contaba que mi compañero de mesa, con 54 años, le había empezado a salir los síntomas de la distrofia en las piernas. Cada vez andaba peor, se caía con facilidad, y siempre aparecía con una brecha en la cabeza. Era evidente que antes o después tendría que hacerse a la idea de usar una silla de ruedas. Pues bien, hoy, ha aparecido en el comedor con ella. Todo el mundo se ha quedado un poco parado, sin saber bien qué decir, pensando que era un trauma para él. Pero la verdad es que me ha encantado hablar con él y ver lo encantado que está de llevarla. Le permite hacer grandes distancias, ya no se cae... me ha gustado que solamente viese la parte positiva de la situación.

Por cierto, que he visto en el tablón de anuncios un cartel de una peregrinación a Lourdes con enfermos. No lo voy a criticar, pues yo también tuve mis vivencias de Fe, y sigo pensando que la Fe de una persona es capaz de hacer cosas milagrosas. Pero, de ahí, a organizar un viaje a Lourdes, lo veo excesivo. Estuve una vez en Lourdes, por puro turismo. Me gustó, pues es como el castillo de Walt Disney, pero lleno de cojos y rodeado de tiendas que venden cruces, estampitas y agua bendita a precio de whisky de 12 años. Incluso había tiendas en las que te vendían las garrafas vacías para que las llenases tú mismo. Eso sí, los Jesuítas lo tenían todo tremendamente limpio.

Pero, siguiendo con el día, os cuento que por la tarde hemos tenido entrene. Hemos seguido con los ejercicios de precisión. Las bolas, definitivamente, son una mierda. Ya colgaré fotos en el feisbuc para que las vea todo el mundo y se plantee seguir comprando bolas a este hombre. (Facebook es capaz de levantar o hundir el negocio de una persona en un momento) De hecho, recuperamos hace dos semanas las bolas viejas, y hoy hemos estado trabajando con los juegos mezclados. Sólo con la vista, se sabe a qué juego pertenece cada bola.

Y poco más. Ahora estoy escribiendo con tranquilidad, descansando la mente del día. Todos los días, tras escribiros, intento desconectar media horita y meditar un rato. Tal y como decía una parábola Zen, el alma hay que cuidarla y limpiarla como si de un traje se tratase. Y si no la atiendes, se va ensuciando poco a poco...

Me alegra escribiros!

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