martes, 29 de marzo de 2011

Día 165

Hum...

Hola chicos! Qué tal ha ido el martes? El mío, como los días anteriores, ha sido un no parar.

Esta mañana, cuando ha sonado el despertador, no he podido evitar soltar un pequeño “ufff”... pero nada, nada, hay que seguir adelante!! menos mal que, desde la cama, con el mando de apple que compré, pongo la música y ya me levanto con un poco de ritmo.

Bien, os cuento que, tras el desayuno, he bajado a la sala de fisio. Hoy, como el fisio tenía que subir al laboratorio, hemos cambiado el orden de las cosas y hemos estirado para poner las corrientes después. Las corrientes, requieren cierta atención, pues en el ciclo de... descarga, he de tensar yo también las piernas para hacer que el efecto sea mayor; y me obliga a estar un poco atento a ese momento. Pero bueno, como sigo con el chip de estar con la mente en lo que hago, no me importa. Tras el fisio, y nueces de por medio, me he acercado a la sala de terapia a seguir con los ejercicios de dedos y muñecas. Había una chica nueva de prácticas, y le he estado explicando lo que hacía. Parece que tiene mucho interés. Todo el mundo que viene de prácticas viene con el concepto de que este es un buen centro y van a aprender mucho si ponen de su parte.

Tras los ejercicios, me he acercado al despacho de la educadora social. Teníamos que seguir con la valoración PIA y tenía que hacerme unas preguntas. Era una de las pocas profesionales del centro que me quedaban por conocer. Es muy simpática, y resulta que tenemos gustos muy parecidos y hobbies en común. Total, que de la entrevista me he ido al comedor que llegaba tarde a comer. Y de allí, a la habitación a meditar un rato antes de ir a entrenar al pabellón.

Con el tiempo justo de hacer un pis, he llegado al pabellón. Hoy, hemos seguido con los ejercicios de dirección; pero hemos introducido las bolas viejas en el trabajo diario. Las bolas portuguesas que compramos este año, se están rajando por segunda vez. Es increible! Así que hemos optado por cuidarlas un poco más y combinarlas con las del juego del año pasado. De hecho, al cogerlas, se nota en el tacto que son mejores que las de este año. En fin...

y nada, del pabellón a la ducha y a escribiros. Tal y como os decía, un día de no parar. Pero mola. Seguimos trabajando con una meta en la mente, contentos de ver que caminamos despacio pero con ritmo. Me siento como un petrolero, que surca el mar despacito, pero firme...

Y poco más. Os dejo que enseguida he de bajar a cenar. Eso sí, aunque os parezca que el andar corriendo me tiene agobiado, deciros que para nada. Simplemente, las cosas duran un tiempo determinado, hasta que otras requieren mi atención, y así sucesivamente.

Y me encanta...

No hay comentarios:

Publicar un comentario