martes, 22 de marzo de 2011

Día 158

Hum...

Hola chicos! Cómo ha ido el martes? El mío, ha sido un día de esos de no parar... pero aun así, me siento contento.

Esta mañana hemos empezado el nuevo horario, en el que vamos añadiendo pequeñas sesiones de trabajo a las que ya había. Los martes, habitualmente, tenía fisio y terapia. Hoy, entre una cosa y otra, hemos intercalado una sesión de ejercicios de condición física. Conforme se vaya acercando la cita de agosto, iremos metiendo horas según el plan establecido a principio de curso.

El fisio tenía mucho trabajo hoy; así que hemos empezado un poco antes. Hemos terminado de recuperar el deltoides con un poco de masaje y ultrasonidos. Las piernas están muy bien, así que solo hemos puesto las corrientes. Después de eso, he bajado la ropa a la lavandería y he subido para hacer los ejercicios de condición física. Son 4 movimientos diferentes, que realizo 3 veces en grupos de 10 repeticiones. Osea, 30 de uno, 30 de otro, 30 de otro y 30 de otro. Después, casi con el tiempo justo entre una cosa y otra, he bajado a la sala de terapia. Después de jugar con la arena, moviendo muñecas como quien baila sevillanas, y encogiendo y extendiendo dedos dentro de ella, he estado haciendo el gesto parecido a coser, pero sin mover los hombros. Solo a base de muñecas y manos. Parece una chorrada, pero es complicado esto de reeducar al cuerpo a la hora de hacer movimientos de la forma correcta. Y bueno, con eso, se me ha ido toda la mañana.

Por la tarde, hemos tenido entrene en pista. Ha sido divertido. Regresaba de la jornada del sábado,y los chicos de la suya del domingo, y eso ha hecho que el entrene de hoy fuese un poco más lúdico. Me he reído mucho y he sacado la parte más traviesa al celebrar con los dos brazos en gesto de victoria cuando he sacado la bola del campo. Creo que hasta alguno se ha sorprendido, jajaja. La verdad es que llevo unas semanas como más expresivo, como más natural... y me encanta.

Después del entrene, no he hecho nada. Había quedado con El Maestro para hablar. Desde que falleció su madre, no anda bien de ánimos, enferma con más facilidad, y su sonrisa no es la misma. Lo que hemos hablado hoy, queda entre nosotros; pero os puedo decir que es duro perder a una madre. Hoy, me quedo con una frase que hemos comentado: cuando una madre muere, una parte de ella sigue viva; que es aquella que llevamos nosotros dentro, en forma de todo aquello que nos ha enseñado.

Y poco más. Estos d´ias os escribiré un poco más tarde, pues el plan de trabajo va quitando horas libres y lo primero, es lo primero. Aun así, intentaré seguir con mi cita diaria con vosotros.

Un abrazo!

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