lunes, 21 de marzo de 2011

Día 156 y 157

Hum...

Voy con un día de retraso, jajaja. Pero bueno, el diario es lo que tiene; lo escribo por gusto, y no por obligación. Por lo que lo escribo cuando me apetece o tengo un hueco... Ayer, tal y como os decía, me levanté algo perezoso del día anterior. La jornada de liga fue larga y espesa; con muchas cosas que reciclar, que asimilar...

Tras los ejercicios de ayer por la mañana, estuve ordenando la habitación que la había dejado tal cual llegué de la competición. A veces, poner un poco de orden en el entorno en que uno se encuentra, sirve para que en nuestro interior las cosas también sigan en orden, en armonía... me gusta que la habitación, limpia y con luz, sea un reflejo de mi habitación interior.

Y bueno, tras descansar, hice los ejercicios físicos de la tarde, me duché, y me dediqué a leer un rato. Tras lo cual, comenzó mi domingo personal.

Hoy, he estado ausente. Y como siempre, me ha venido muy bien. Me sirve para no pensar, ni siquiera puedo hacerlo aunque lo pretenda. El cerebro se ha acostumbrado a desconectarse en el día que tengo libre, para que pueda viajar con calma, o leer, o simplemente, estar. Disfrutar de los momentos que se salen de la rutina y saborearlos sabiendo que tardarán una semana en volver. Hoy, en mi retiro personal, en mi día de descanso, encontraba, reflexionando, la motivación para seguir trabajando de cara al futuro. Entiendo que vale la pena trabajar el resto de los días de la semana, dando todo lo posible en ellos, con empeño, con constancia, porque ello hace que el día de descanso sea merecido. Es como si me motivase trabajar sabiendo que la recompensa, es merecer el descanso.

Será que el día me ha sentado bien; pero me encuentro esperanzado ante la idea de levantarse toda la semana con un -”Hoy a tope, eh?”- que a veces me decía mi amiga Erika. Tengo ganas de trabajar. El fin de semana, me ha servido para ver que tengo carencias, que hay mucho que trabajar y pulir, pero, lejos de desilusionarme, encuentro en el propio trabajo la motivación para seguir trabajando. Supongo que es algo así como un reto, como un desafío...

Bien! He visto que en la votación del blog, han empatado el residente jovencillo y poskiwoman. Qué interesante! Ya iré viendo qué cosas os cuento de ellos. El residente jovencillo, anda un poco alterado, un poco peleón y se mete en problemas con facilidad; pero, casi siempre, es por falta de picardía, por travesuras sin maldad... así que seguro que sigue dando juego. Poskiwoman, en cambio, desde que la han cambiado de mesa, ya no se acerca a la máquina de los pasteles. Se nota cuando se va a pasar el día con su marido, porque luego viene sonriente, y empuja la silla con un poco más de ganas. Aunque, ese ímpetu, se le suele olvidar al día siguiente cuando comienza a gritar aquello de -”Enfermeraaaa”-.

Y poco más. Mañana es martes, pero es como si comenzase la semana para mí. He de ir a comprar cosas de comer, que me voy quedando sin ellas, fisio, terapia, entrene... ufff!

Ya os cuento mañana!

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