miércoles, 23 de febrero de 2011

Día 131

Hum...

Hola chicos! Cómo va todo? Hay que ver lo tarde que os escribo hoy... me lié, me lié... y pasa lo que pasa, jejeje.

Bien, os cuento que esta mañana tenía ejercicios de condición física. Me he levantado un poco más temprano para hacerlos, porque así tenía luego la mañana por delante. Hacía un día estupendo; así que he aprovechado para dar un largo paseo y dejarme acariciar por el sol. Me he acercado al parque de Quevedo, donde estaban los patos y los gansos por un lado, y los pavos campando a sus anchas por otro. Me relaja verlos. De allí, me he acercado al centro, pues buscaba un cd de Santana que me recomendó un buen amigo. Pero no lo tenían. Es un poco antiguo; así que ya lo buscaré en alguna tienda por internet. El paseo, lo he dado por el cauce del río. Me recuerda al de Valencia, pues hay un paseo y columpios a lo largo de todo el río. Con la diferencia, de que aquí si que hay agua. Y mucha! Como os decía, ha sido un placer pasear. El termómetro marcaba 11 grados, que en Valencia daría respeto. Pero aquí es una temperatura envidiable. Estaba todo el mundo en la calle.

Bien, después del paseo, tras regresar y comer, y tras descansar un rato, he tenido sesión de aeróbic. Hombros, lumbares, codos... son 45 minutos en que todo se mueve. Me encanta, porque después, tras unas nueces y un poco de agua, me doy cuenta de lo bien que me sienta. Supongo que, encontrar el beneficio en lo que hago, es lo que hace que me cueste poco hacerlo.

Y bueno, tras la ducha, han venido tres residentes a la habitación, que querían jugar a la boccia conmigo, y nos hemos ido al laboratorio a jugar los cuatro. Y claro, como hemos estado allí hasta la hora de la cena, no os he escrito antes. El residente jovencillo, tiene partido de boccia el domingo, y anda un poco acelerado, intentando jugar todo lo que puede antes del domingo. Últimamente, se aburre mucho, y viene siempre a la habitación. Por cierto, hablando de residentes, os escribo con cierta pena, para contaros que, el residente que me presentaron la semana pasada, el ingeniero, me contaba esta mañana que ha tenido un encontronazo con un par de auxiliares. Me decía que se siente cansado; y se dirigía al despacho de administración para pedir que llamasen a sus padres, que se quiere marchar a casa. Justo ayer hablábamos de la paciencia de unos y de otros... a ver si mañana hablo con él, pues hoy no he vuelto a verle, a ver si se lo ha pensado mejor.

Y poco más. Hoy ha sido un día sencillo. Supongo que lo he disfrutado precisamente por eso, porque no haciendo nada especial, ha conseguido sacarme de la rutina y de mis pensamientos. Es curioso, pero días como hoy, hacen que me sienta afortunado.

Os mando una foto que me he hecho esta mañana haciendo el pavo... jajaja!


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