Día 115 (II parte)

Hum...

Hola de nuevo! Cómo va todo? Tal como os decía esta mañana, hoy he tenido el día libre. Y como el día y la noche han dado mucho de sí, os escribo un poco antes, con más calma.

A pesar del cansancio de estos días, me he levantado a la hora de siempre. Supongo que no sé estar en la cama muchas horas... pero bueno, sabiendo que tienes todo el día por delante, uno se levanta más tranquilo, sin prisas... sin tener siquiera un plan sobre qué hacer. Y bueno, prácticamente he pasado todo el día así, disfrutando de cada momento libre, sin necesidad de coger el coche o hacer grandes cosas. Simplemente, un día sencillo. Hoy es uno de esos días en que hubiese agradecido un bonsai que podar, con calma, con dedicación... eso sí, me ha llegado por correo un libro que me ha regalado una amiga, y me he puesto con él enseguida. Me ha enganchado hasta el punto de haber pasado varias horas con él, desconectado del mundo, buscando a la vez cosas en el google sobre las que hace mención... una gozada!

Bien, os cuento que hoy, en la comida, han llamado al residente jovencillo al despacho de una de las trabajadoras del centro. Es el despacho más temido de todos según me han contado. Pues cuando te llaman desde él, es que algo has hecho y, por norma general, te vas a la calle. La chica es maja, digo yo que lo será, pero tiene un trabajo poco agradable... así que, cuando le han llamado, le hemos mirado todos como quien mira al que va por el corredor de la muerte... quizá suene el teléfono y lo indulten, pensaba... jajaja! Total, que ha vuelto al cabo de pocos minutos, con cara seria... y nos ha contado que, en pocas palabras le han dicho que si se vuelve a tomar más de dos cervezas al día, se irá a la puta calle. Y es que se ve que el chico en cuestión, bebe un poco más de la cuenta. Y claro, un lunes a las 4 de la tarde no es plan de ir ya algo pasao de cervezas. Me lo decía todo enfadado, preguntándose quién había sido el “juputa” que se había chivado. Yo le decía que algo de razón tienen. Y que si quiere llegar a ser un buen deportista, que esas cosas no debe hacerlas, igual que dormir 8 horas, comer sano... pero bueno, él es mayor para saber qué camino quiere tomar. Una cosa es tomarse una cerveza con los amigos el fin de semana, y otra muy distinta es tomarse tres al día. Pero vaya, que está visto que aquí no haces nada sin que alguien lo sepa.

Por cierto, que el tema del chico que sorprendieron con la amiga en la habitación, se va aclarando. Al parecer, por si aquello no fue suficiente, la mujer iba acompañada de un menor en el momento de la clase práctica de anatomía. Y allí estaba, asistiendo en primera fila al espectáculo, cuando entró la auxiliar en cuestión. Así que, la nominación para abandonar la academia no era propiamente por el hecho de estar chingando en una cama viscolástica de 90 cm; que ya es difícil de por sí. Sino por hacerlo en presencia de un menor y dentro de una instalación del Estado Español (¡viva!). A todo esto, el residente en cuestión, para acabar de arreglar las cosas, terminó denunciando al centro por violar su intimidad. Por lo que el juez, que ya lo quisiera yo para Gurtel, ha dicho que hasta aquí hemos llegado. Y le están buscando un lugar de destino fuera de las paredes del centro. En fin... a ver si alguien llama al primo de mi padre que es guionista de La Alquería Blanca y hablo con él, que aquí hay para tres temporadas y un especial de fin de año.

Y poco más. Hoy no he tenido ajedrez. Aparte del descanso, me enteré ayer que el fin de semana falleció la madre de El Maestro. Estará una semana sin venir al centro, en casa. Espero verle pronto y hablar con él. Es, sin duda, el residente que más aprecio tengo. Y lo menos que puedo hacer, es estar a su lado. Jo...

lo dicho, voy a ver si bajo un momento a la primera planta, y vuelvo a subir para seguir con el libro y el relax.

Buenas noches, y buena suerte.