sábado, 22 de enero de 2011

Día 99

Hum...

Hola chicos! Parece que hace frío, eh? Jejeje. Esta mañana, a eso de las 9, el móvil marcaba -9 grados... casi ná!

Hoy he bajado a desayunar a la hora normal, a la que desayuna todo el mundo. Había olvidado a la mujer que sigue gritando llamando a su mamá, a los que comen a solas, a los que ya han fumado antes de desayunar... Anoche, me crucé por el pasillo con la mujer que grita buscando a su madre. Tiene la mirada perdida, y estaba esperando a que alguien la metiese en su cama, aguardando su turno. Aun con la mirada perdida, se me quedó mirando, extrañada de no saber quién era yo. Apenas fueron dos segundos, pero su presencia me dijo mucho acerca de su soledad. Me pregunto si podrá comunicarse, o si vive en su propia realidad... creo que hay tantas realidades aquí, y al mismo tiempo tanta gente que tiene tanto que decir...

Bien, os cuento que mi habitación se ha convertido hoy en una sala improvisada de aeróbic. Al no tener el pedalier, ayer decidimos cambiar ese tiempo por ejercicio de aeróbic, aprovechando que todavía guardo los vídeos que hice para poder hacer aeróbic en Valencia en navidad. Y un par de residentes, que anoche oyeron lo que iba a hacer hoy, se apuntaron a hacerlo conmigo. La chica de la limpieza flipaba cuando nos ha visto a los tres en plan -” y uno, y dos... hip.... hup... hop...” jajaja! Da gusto sudar la camiseta y sentir cómo se activa el cuerpo.

Después, que ya casi era la hora de comer, me he acercado a un MERCADONA que hay en León, a hacer un poco de patria y comprar en él. Más que nada, que las cosas que uso de aseo son de la marca blanca de este supermercado; y claro, si las quieres seguir usando, has de ir a morir a uno de ellos. Y cuántos recuerdos me ha traído! Es lo bueno de las franquicias... la cartelería, el azulejo del suelo, la distribución... da igual dónde vayas, son todos iguales. Me encanta! Eso sí, había tal semejante y tremenda cola en las cajas, que he desistido y ya volveré un día entre semana. Dicen que es de lo más barato de la ciudad; y claro, la gente va y carga como si se acabase el mundo.

Luego he vuelto a comer, he comido, y me he vuelto a marchar en busca del pedalier y tres o cuatro cosas más que solo encuentra uno en establecimientos especializados. En el corte inglés, tenían un pedalier de Boomerang, misma marca que el que había en el centro, pero de peor calidad, plasticoso... hasta la dependienta lo miraba con cara de asco. Así que no lo he comprado. Me ha dicho que en algunos supercor todavía tienen el que busco... así que ya miraré en un par de ellos a ver. Y si no, hablaré con la mujer que se lo ha llevado. Quizás llegue con ella a un acuerdo. Y nada, aparte de eso, un boli para marcar las bolas, agua, powerade para otro residente, y un guante para calentar la mano en estos días de entrenamientos tan fríos, esas han sido mis compras.

Luego, temerario de mí, me he ido con otro residente y un par de amigos que han venido de fuera a tomar algo sano en un bar sin humos. Y buah.... qué fríoooo! Pero qué ganas tenía de salir! Total ha sido una hora, poco más... lo justo para volver a la hora de la cena.

Ahora, ya estoy en la habitación, reposando la cena, y no tardaré en irme a la cama. Mañana toca aeróbic otra vez, marcar las bolas de nuevo, arreglar el armario... Pero bueno, como decía, todo eso será mañana.

Hasta entonces, os dejo con un abrazo cálido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario