jueves, 13 de enero de 2011

Día 90

Hum...

Hola chicos! Cómo va eso? Algunos están contentos, pues es jueves... jejeje.

Bien, os cuento que esta mañana he tenido sesión con el fisio. Hemos vuelto a pesarme, pues no las tenía yo todas conmigo de que hubiese perdido dos kilos estas navidades. Pero así ha sido. Hemos constatado la pérdida de musculatura de la pierna derecha, y el martes nos pondremos con ella. Me ha pedido que vaya un poco antes para trabajar más tiempo; así que intuyo que las dos mañanas de fisio las pasaré íntegras en la sala; primero piernas, y luego brazos...

Y bueno, entre eso, y rellenar papeles burocráticos de mi estancia aquí, se me ha ido la mañana. Ah! Me ha llegado por correo una “Action camera”. Una cámara de esas que se ponen en los cascos los que hacen deportes extremos. Apenas pesa y tiene el tamaño de un mechero. Os adjunto una foto. A ver si la pruebo en el entrene y os cuento qué tal va. Creo que va a ser interesante tenerla a la hora de analizar opciones tomadas durante el juego.


Por la tarde, hemos ido al pabellón. La verdad es que el entrene ha sido un poco frustrante. Se trataba de un ejercicio de cierta precisión; y con las bolas nuevas, las cosas han salido de cualquier modo menos como debería haber salido. Pero bueno, creo que estas mismas palabras os las ponía hace dos meses cuando estrené el anterior juego. Así que es cuestión de tiempo. Esas bolas van a llegar muy lejos... jejeje.

Y poco más. La audiencia pedía su regreso... era una de las figuras del diario de la que todos andaban pendientes... y ayer, de repente, comenzaron a sonar los primeros acordes de trompeta de la banda sonora de Superman, y entre la niebla apareció, con el pelo ondeando al viento... la mirada decidida y una frase que ya era familiar: -”Enfermeraaaaaa”-. Poskiwoman a vuelto!! Y parece que ha vuelto con más fuerza que nunca... porque entraba por la puerta impulsando las dos ruedas de la silla, decidida a comerse algo... cuando de normal apenas movía una de las dos ruedas y te miraba y te decía que le empujases. Esta vez, ya en el comedor, ha sacado una moneda de 50 céntimos y le ha pedido a un auxiliar de los que han entrado de prácticas que le sacase algo de la máquina... Por otro lado, nuestro amigo, al que llamaremos Saturnino, me ha invitado a ir a su habitación cuando quiera. Está escribiendo un libro llamado “El Ruiseñor”; y ante mi curiosidad, me ha invitado a que lo lea. Hay que decir, que se trata de su biografía. Pero bueno, como esto es algo más personal, y por respeto a él, no contaré mucho de lo que en él escriba.

Lo dicho. Estad bien. Un abrazo, y hasta mañana!

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