lunes, 10 de enero de 2011

Día 87

Hum...

Hola chicos! Cómo va todo? Aquí me tenéis un día más, para contaros lo que el día ha dado de sí.

Esta mañana, al despertar, el edificio de enfrente no se veía de la niebla que había. Ha sido una pasada! Creo que ningún día ha amanecido así. El termómetro se reía de mí con sus cero grados. Pero daba gusto... el olor a tierra mojada que se adivinaba tras los cristales, la quietud de la calle... creo que ha sido un día estupendo para comenzar esta etapa.

Después de desayunar, no hemos hecho pedalier por varios motivos. Así que he aprovechado para salir a comprar una base de enchufes. Me he traído una pequeña nevera de esas que hay en los hoteles, con el fin de tener agua fresca en la habitación. En la clínica de nutrición me explicaron la importancia de regular la temperatura del cuerpo a base de beber agua. No muy fría, pero tampoco templada. Y como las habitaciones están calefactadas, todo el agua que compraba se calentaba enseguida.

Y bueno, después de comprar y enchufar la nevera, y tras comer y descansar media horita, me he ido a aeróbic. He de decir que ha sido divertido. Supongo que me he divertido por el hecho de que he aguantado los 45 minutos como un campeón. La entrenadora me decía que es patente el trabajo que he estado haciendo en casa en Navidades; cosa que me ha alegrado mucho. Y bueno, ahí he estado, en camiseta, sudando como un poseso. A ver si el miércoles me acuerdo y me pongo el pantalón corto...

Después del aeróbic, y tras un yogurt para recuperar de cara a mañana, me he ido al ajedrez. Por el camino, pensaba que he de recordar la sensación de hoy cuando esté en un partido importante: sensación de la necesidad de mantener la mente fresca para afrontar un partido, aunque vengas de hacer un esfuerzo físico. Hay que autoanimarse... decirse que lo peor ya ha pasado, que ahora toca estar tranquilo... es como cambiar el chip en mitad de una competición al tiempo que mantienes la actitud competitiva en todo momento.

El Maestro estaba ocupado jugando con un chico; así que he jugado con un residente con el que no había jugado nunca. Será bueno? Será malo? Me preguntaba cómo era mi rival. Y al darme cuenta de ello, he abandonado el pensamiento. Lo mejor es jugar como uno sabe, sin mirar contra quién juegas... y todo saldrá bien. Ha sido una partida breve, de apenas media hora. Mi rival no defendía sus fichas, y se dedicaba a mover fichas duditativamente, evidenciando que no tenía una idea clara. Hay que ver cómo refuerza ver que el rival se siente derrotado! Es como si jugásemos la mitad de él y yo, contra su otra mitad.

Y poco más. Os mando el enlace al reportaje del CRE de León. Yo no he conseguido verlo, porque se ve que es un archivo de windows que el MAC no reconoce...
Ya me contaréis.


Un abrazo!!

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