Día 102

Hola chicos! Cómo va todo? Espero que bien y que el frío no os tenga en casa escondidos. Hay que salir, eh? Que si no, uno se hace vago... y no puede ser.

La mañana ha transcurrido, como cada martes, en el fisio. Hoy, haciendo las cosas bien, hemos puesto primero las corrientes en las piernas, 20 minutos, y luego hemos pasado a la camilla. Creo que, el momento del fisio, es de los pocos que tengo al día en que estoy en silencio, observando las sensaciones que me transmite el cuerpo. El fisio, estira, me mira, y sabe, por mi gesto, si todo va bien. Pero hablamos lo justo. Es como una especie de pacto silencioso. No hace falta hablar mucho... y es algo que agradezco. Y bueno, hoy es un día de buenas sensaciones. Siento que el cuerpo va muy bien, que el trabajo que estamos haciendo es el correcto... y eso me da mucha tranquilidad. Ya no me refiero al trabajo de fisio, sino en general. Los entrenes, el fisio, las horas de sueño, de ocio... todo forma parte de un conjunto. Es algo así como los matices de un cuadro... y de momento, el cuadro es hermoso, con matices claros y cálidos.

Después del fisio, o antes de comer, que era la hora que menos frío hacía, he salido a comprar nueces y un tupper para guardarlas. Me apetecen, me las pide el cuerpo, y sé que son buenas para mí.

Por la tarde, hemos tenido entrene en el pabellón. Las bolas van geniales! Un poco duras todavía, pero ya ruedan muy bien. He trabajado un poco en solitario, y luego he jugado partidos con algunos de los residentes. La consigna de hoy, era jugar todos los partidos con la mano izquierda. Y hay que decir que han ido muy bien!!

Ahora, después de la ducha, toca escribiros, cenar y relajarse. Ha sido un día sencillo, de los que me gustan. Y no tiene mucho más que contar. Hoy, en el desayuno, bromeaba con mi compañero de mesa. Me decía:

-Sabes? Hay una secta que asegura tener el número del móvil de Dios.

-Ah, sí?

-Menuda Gilipollez...

-Pues sí que lo es. Todo el mundo sabe que en cielo tienen wifi...

En fin... me encanta!