viernes, 10 de diciembre de 2010

Día 56

Hum...
Hola a todos! Buen viernes! Anda que, con el puente que ha habido, no tendréis queja de que ya sea fin de semana... jajaja!.
Bien, os cuento que hoy tenía la mañana libre. Así que, tras desayunar, me he armado de valor, me he puesto todo el equipo de frío, y me he ido a callejear. Eran las 10 de la mañana cuando el termómetro me decía que eran seis grados los que se venían conmigo de paseo. Pero el sol lucía... y daba gusto! Tras pasar por el parque de Quevedo, donde los pavos y los patos campan a sus anchas, buscando el sol y las migajas de algún jubilado, he llegado de nuevo a San Marcos. Hoy, que no tenía prisa, y que además llevaba la cámara, me he animado a entrar. Y bueno... me ha encantado. Es una iglesia antigua. Más que restaurada, se podría decir que está arreglada; por lo que es muy fácil imaginarse a uno mismo en mitad del siglo XV allí dentro. Los claustros, la capilla, los pasillos... es todo muy medieval, muy prerrománico. Lo más gracioso, es que he podido pasar por todas las puertas de piedra de los pasillos. Se ve que algún monje iba en silla y las hicieron de 70 cm... jajaja! Y nada, de San Marcos, me he ido hacia la catedral, parando antes en el mercado. El mercado no dice nada, es más bien un pegote de los años 70 en mitad de un complejo antiguo. Creo que la casa botines y el museo se preguntan quién ha puesto ese mercado ahí, que no pega ni con cola. Pero bueno... y caminando caminando, he llegado a la catedral, tan llena de azul por dentro, tan vistosa... con lo pequeña que es, y no deja de sorprenderme. Por el camino, he hecho fotos a una farmacia, a una quesería... os intentaré mandar alguna cuando consiga bajarles la resolución; que pesan mucho.

Y bueno, de allí, que empezaba a mearme, me he vuelto al centro. Hay que decir que, desde la catedral, que significa cruzar más de media ciudad, apenas se tarda 20 minutos con la silla hasta el centro. Así que queda comprobado que es una ciudad muy asequible para verla en un día, a lo sumo, dos. Una vez aquí, ha venido a la habitación un residente jovencillo, que llegó al centro la semana pasada. Es de Santander, y también juega a boccia. El pobre anda algo aburrido, y entre unos cuantos, vamos a ver si le damos algo de marcha... Y mientras estaba con él, han entrado dos auxiliares, y aquí hemos estado de cháchara hasta la hora de comer. Ha sido gracioso; porque cuando han llegado, yo estaba comprobando el depósito de aire de la carabina; y, con ganas de sorprender a una de las auxiliares, le he enseñado la carabina, y ha resultado que la chica, que es un armario, cuando no trabaja en el centro, es escolta privado. Y lleva su arma reglamentaria y esas cosas... y va a tirar a la galería... en fin...
Por la tarde, nada más comer, casi casi, hemos tenido entrene. Al ser viernes, eran partidos, que siempre es más divertido. Aprovecho para poner en práctica cosas que he trabajado a lo largo de la semana, valorar gestos... me gusta. El Maestro, me ha dicho de jugar después de cenar una partida... jejeje, querrá la revancha. Doy por hecho que me ganará; pero eso no quita que juegue a gusto con él.
Y poco más. Qué tengo ganas de veros!!
Un beso!

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