Día 44

Hum...
Hola chicos! Qué tal va el domingo? Frío? Jajajaja!!! Ay si yo os contara...
Bien, acabo de hacer el entrenamiento físico de esta tarde, a modo improvisado, y me pongo a escribiros. Digo lo de improvisado porque esta mañana, al bajar al pedalier de los domingos, me he encontrado con que no funcionaba. Alguien hizo algo con él el viernes, y hoy estaba estropeado. Uno de los mangos, se ha quedado rígido. Y claro, no se puede pedalear con una sola mano... Así que, dispuesto a no dejar perder el día, he subido a la habitación a ver qué hacía. Al final, he sacado de la caja la powerball, que para los que no sabéis lo que es, se trata de una bola del tamaño de una pelota de tenis. Aparentemente, es inofensiva, y pesa algo más de 200 gr. La utilizan los astronautas en sus entrenamientos en el espacio, ya que, en su interior, lleva una especie de émbolo, que conforme lo empiezas a hacer girar con el movimiento de la muñeca, va adquiriendo fuerza centrífuga, por lo que has de hacer fuerza para que no salga despedida de la mano. Digamos que, cuanto más la haces girar, más fuerza coge, y por tanto es como si pesase más. Es casi un ejercicio isométrico, ya que apenas hay movimiento de la articulación.
Pues eso, me he puesto con la bola en varias series, descansando un poco entre serie y serie, y luego he hecho unos pocos movimientos de hombro contra la pared. Después, me he liado con el ordenador. Tenía que terminar un texto, mandar un mail, pagar una cosa... y cuando me he dado cuenta, y tras el tiempo que he perdido intentando arreglar el pedalier, y luego en la habitación con la bola, era la hora de comer. Los domingos, al igual que hay churros en el desayuno (para mí no), suele haber tarta en el postre de la comida. Dos mesas detrás de mí, había una mujer mayor que quería una porción de tarta. Pero la enfermera del comedor ha dicho que no; que no podía tomar azúcar. Y bueno, ha sido una discusión interesante entre el “yo quiero tarta y me da igual mi azúcar” y el “pues no te la doy y punto”. Y ese “y punto”, me ha hecho ver que hay mucha gente en este centro que no puede decidir en última instancia sobre las cosas que desea hacer. Pero que, visto de un modo constructivo, es bueno; porque si se dejasen llevar por los impulsos, y no hubiese alguien que les parase los pies, es casi seguro que se encontrarían en un estado mucho peor. El otro día, cuando estuve en el despacho de la psicóloga, le llamaron y me dejó a solas en su despacho más de 10 minutos. Al final, aburrido, no pude evitar mirar, sin tocar nada, eso sí, los papeles que había sobre su mesa. Uno de ellos, era una especie de código de conducta sobre situaciones que se pueden dar en el centro, y qué hacer al respecto. Fue interesante, porque había cuestiones del tipo, si se le da de fumar a un residente que lo pide, o se le saca una chocolatina de la máquina sabiendo que está a régimen, hasta temas más delicados como qué hacer con los aparatos de masturbación que puedan encontrar en las habitaciones de los residentes. El tema de la independencia, de la capacidad de decidir, de la intimidad... Me resulta interesante cómo me van cambiando algunos conceptos según voy conociendo historias personales de los residentes del centro.
Por la tarde, he seguido con la powerball, pero sin los isométricos del hombro, que ya me parecía mucho. A ver si mañana conseguimos arreglar el pedalier. Os cuento que, al final, he comprado una bomba de inflado manual para el depósito de la carabina. La solución de la botella de submarinismo, no era más que un parche temporal, y no me iba a solucionar el problema de cómo cargar la carabina. Así que he terminado comprando una bomba. Llegará esta semana. Así que empezaremos pronto con el tiro.
Bien, os cuento que ayer, buscando opciones de actividades fuera del centro, encontré esta web: http://www.elmandarin.es/ . Se trata del centro cultural chino de León. Hacen actividades, cursos, charlas... cuando pueda, me acercaré a dar un vistazo, a ver si me puedo apuntar a algo.
Y poco más. Enseguida bajaré a cenar.
Besos a todos!