sábado, 13 de noviembre de 2010

Día 29

Hum...
Mis queridos, qué tal? Mientras se van cargando las fotos de hoy, os cuento lo que he hecho. Esta mañana me he levantado, más o menos a la hora de siempre. He desayunado, y en compañía de Michael Jackson me he ido al pedalier. La media hora se ha pasado volando! Además, como llevo varios días dándole al tema, cada vez me canso menos... genial! Y bien, luego tenía toooodo el día por delante. Así que he ido a cocina y he dado aviso de que no me hicieran la comida. He cogido la furgo, y ala! A hacer carretera!
He entrado en el peaje de la autopista en dirección a Oviedo; y el cartel que advierte de que entras en una autopista de alta montaña, te da una idea de que no vas a encontrar una sola recta en todo el trayecto. Y así ha sido. Eran las 11 de la mañana, y el coche marcaba 7 grados cuando salía del centro. La niebla, apenas dejaba ver a unos 50 metros; así que no podía adivinar el paisaje que me rodeaba. Y así hasta un túnel de 4 km.. al salir de él, ha sido como entrar en otro mundo, de sol, de cumbres nevadas... precioso. Qué gusto da entrar en Asturias de esa forma! Se me han hecho las 12 largas por los primeros km de niebla, así que he parado en las afueras de Oviedo, en el Decathlon, para aprovechar y comprar unos pantalones. Ya que estaba allí... y reconozco que tentado he estado de quedarme allí a comer; pues había un McDonals muy tentador. Pero jolines, ya que estaba en Asturias, hubiese sido un crimen comerse una hamburguesa en un centro comercial. Así que me he ido al centro de la ciudad. Hay que decir que hacía un sol de justicia y 22 grados. Vamos, que se estaba de lujo. He visto la catedral por fuera, un gran parque, y las calles del casco antiguo. La plaza del ayuntamiento me ha recordado mucho a la de Avilés, son muy parecidas. La ciudad es limpia; me ha gustado mucho. Es mucho más grande de lo que pensaba... y bueno, para hacer honor al lugar, me he quedado a comer en un restaurante junto a la catedral, en su terraza, al sol... qué paz! Y ya que estaba, tremenda carta la del lugar, he optado por un milhojas de queso de cabra con foie de pato y todo caramelizado con Pedro Ximénez... buah... tremendo. Y claro, una botella de sidra. Joer, si es que todavía lo estoy saboreando. De la botella de sidra, que ha sobrado la mitad, decir que en realidad solo me he bebido dos culines; el resto, lo tiraba el camarero fuera cada vez que me la escaciaba en el pote. Pero qué buena estaba!
Y nada, de allí, comido y servido, me he subido al monte Naranco; que está en la misma ciudad. Es un monte bastante alto, con un Cristo arriba del todo, a modo de Corcovado de Brasil, que preside el valle. Es cierto que el Cristo no tiene mucha cosa; pero la vista vale la pena. Por un lado, las montañas, tremendas, altísimas, con sus nieves... y al otro lado... coño! Si se ve el mar! Olvidaba que estaba tan cerca del cantánbrico. Total, que una gozada de ciudad. Quiero volver, caminarla con calma, visitar sus lugares por dentro... pero ya se verá. La autopista es buena y está en buen estado; pero causa respeto por el riesgo de nevadas y heladas. Reconozco que, siendo de Valencia, no ando muy puesto en conducción invernal.
Ahora, estoy en la habitación, en media hora me bajo a cenar. El centro parece vacío. Hay un grupo que se ha ido de excursión a Palencia, a ver unos restos romanos... Otros se han ido a sus casas... así que será una cena tranquila. Mañana, tengo descanso completo. Me gustaría salir al centro, a ver la vida propia de un domingo por la mañana; pero creo que lloverá. Así que ya veré lo que hago.
Ya os cuento mañana.
Besos!!

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