domingo, 7 de noviembre de 2010

Día 23

Hum...
Hola chicos! Os escribo mientras sigo la carrera de F1. Está emocionante!! Antes de que se me olvide, os cuento que el plato de arroz de ayer, que era lo que siempre he conocido como una paella mixta, llevaba pollo, sepia, guisantes... vamos, de todo un poco. Pero, lo mejor de todo es que era el primer plato. Después, me pusieron una especie de sandwich de ensaladilla rusa. Cosa que sería irrelevante si no fuese porque, en vez de pan, se trataba de dos capas de una finísima tortilla de patata.... buah... escandaloso. Creo que el martes cuando vaya al fisio le pediré que me pese. Que llevo tres semanas aquí y creo que he engordado. Claro, con este ritmo de comidas...
Bien, os cuento que ayer me fui a ver un mercadillo de ocasión que montaban dentro de un polideportivo en una pedanía de León. Estuvo bien. Había de todo; ropa, bisutería, alimentos... creo que cuando me baje a Valencia en Navidad me llevaré un poco de queso y embutido de aquí; apenas lo he probado, pero tiene muy buena pinta. Total, que salí, me paseé un rato y volví al centro. Comienza a hacer frío, hoy han caído cuatro gotas tontas, pero no apetece mucho salir. Aunque es domingo, me he acercado al centro comercial, que hoy habría no sé bien porqué, y me he comprado unos altavoces bluetooth que son la leche. Me han costado 10 euros (9'99 €). Y los tengo puestos en la otra punta de la habitación. El sonido es limpio, y me evito los cables que van desde el ordenador. Si veo que pirulan bien durante un tiempo, quizá compre otro par y los ponga por las esquinas. Ya veré... poco a poco voy convirtiendo la habitación en mi pequeña guarida, con libros, cuencos, caprichos...
Hoy, ha sido un día interesante. Después de desayunar, me he puesto con el pedalier. Como estaba solo, me he puesto la música y la media hora se ha hecho mucho más amena (gracias Eva por el consejo). Y luego, he salido a ver el sol. Eran las 11 de la mañana y el termómetro no le daba la gana de pasar de los 7 grados. Pero se estaba tan bien, tan tranquilo... daba gusto. Como es domingo, ha sido un ir y venir de visitas que vienen a ver a las personas que viven aquí. Algunos se les ve que vienen por compromiso, a otros se les ve que vienen alegres... Teresa, la chica de la recepción, me contaba cómo ha visto entrar a gente como residente, con grandes retrasos, con grandes dificultades, y cómo con el tiempo han ido mejorando su salud y su comunicación. Y cómo los familiares agradecen esos progresos que nadie imaginaba. Es un trabajo difícil, el de esta gente. Pero desde luego, se debe ver recompensado por estas pequeñas victorias.
Hoy, aparte del pedalier, me he dedicado a marcar las bolas. Todavía no les he puesto orden, porque todavía hay que trabajarlas más. Pero al menos ya llevan todas el símbolo "OM", para saber que son mías. Creo que esperaré a la primera jornada de liga para marcarlas por orden. Y poco más. mañana toca piscina, aeróbic y ajedrez. Así que seguro que tengo más cosas que contaros.
Os beso!

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