sábado, 6 de noviembre de 2010

Día 22

Hum...
Hola a todos! ya hemos pasado la barrera de las tres semanas!! caramba... dentro de poco, un mes, y luego otro, y otro... esto está chupao! ya lo veréis. Bien, hoy no hay mucho que contar. Ayer, después de escribiros, bajé a conversar con el hombre del que os hablé. Por cierto que es israelí y no iraní. Fue una conversación interesante. Hablamos de la integración de los deportistas con discapacidad dentro de las federaciones de deporte sin discapacidad, de la necesidad de una formación específica tanto de entrenadores como de médicos, de los intereses políticos que hay a favor y en contra de que sigan existiendo las federaciones de deportes adaptados... estuvo muy bien. Después, por la tarde, tuvimos entrenamiento en pista. También estuvo muy bien. Las bolas, poco a poco, van cogiendo su forma... es cosa de paciencia. Y hablando de paciencia, os cuento que ayer me colé en la sesión de relajación que hacen los viernes. En el centro, hay una sala con un nombre que ahora no recuerdo, que está llena de elementos de estimulación. Hay luces de colores, sonidos, imágenes... y hasta una cama de agua!!! la cama de agua en sí, no dice nada. Pero si te tumbas en ella con la música puesta, las vibraciones de los sonidos te recorren toda la espalda. Una pasada. Y bien, nos hicieron una relajación con el método de Jacobson; que es ese de tensar los músculos y luego relajarlos, de forma que todo el cuerpo termina como un flan... y luego una visualización de una playa, con el mar de fondo. El mar... echo de menos el mar! el olor a salitre, el sol, las olas... cuántos recuerdos me trajo aquello! estuvo muy bien. Vaya, ayer, todo estuvo muy bien... jajaja! Y nada, por la noche me fui con la pareja de residentes que suelo salir a cenar. Volvimos al mesón gallego y cenamos de tapas. Un buen viernes.
Hoy, me he acercado al centro comercial a comprar cosas de aseo. Al salir de aquí, me he encontrado con un chico que veo por las mañanas. Es majo. Tiene artrogriposis y va en silla; y trabaja de teleoperador por las mañanas. Él es una de esas personas odiosas que te llaman para ofrecerte un bono de mensajes de movistar, o un seguro de vida... venden lo que les mandan vender. Es gracioso cómo tenía a esa gente encasillada como indeseables de la telefonía y hoy, durante algo más de dos horas, me iba cambiando el concepto mientras este chico me iba contando sus desventuras al teléfono, las presiones que recibe de los jefes, y la mierda de trabajo que es estar hablando todo el día por teléfono mirando a una pared, viendo como el cronómetro corre en tu contra. Creo que, a partir de ahora, cuando me llame una teleoperadora, seré un poco más comprensivo. Pero solo un poco, eh?
Y poco más. Hay un mercadillo de ocasión en un pueblo de la periferia; así que me acercaré a verlo. A partir de mañana se supone que va a llover unos cuantos días; y me apetece airearme un poco. Esta mañana, después de desayunar, he estado con mi querido pedalier; y entre eso, cuidarme e ir en la silla manual, tengo los deberes hechos para hoy. Ayer llamé al hombre de la galería de tiro para decirle que ya tengo auxiliar. Si las instalaciones están listas, y todo está en orden, empezaremos la semana que viene o la otra.
Lo dicho. Me bajo a comer. Dicen que hoy hay paella... que es algo que lleva arroz, pollo, mejillones y guisantes. Por Dios!!! jajajaja
Un beso!

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