viernes, 22 de octubre de 2010

Día 7

Hola a todos!
Ha pasado ya una semana, y a falta de aprenderme los nombres de los terapeutas, la piscóloga, la médico, la auxiliar, la enfermera, la recepcionista, el de seguridad y la madre que los trajo, que cambian por turnos y días, y se multiplican sus caras hasta la infinidad, puedo decir que me he acoplado e integrado perfectamente en la vida diaria de la residencia. Es el tercer día de trabajo, y el fondo físico va aumentando poco a poco. Aunque, de momento, vamos a seguir con el mismo ritmo, sin aumentar tiempos de carga. La gente, es muy risueña, y en el comedor se dan conversaciones de todo tipo. Prácticamente nadie habla de sus discapacidades, ni de sus carencias; y, aunque unos están más jodidos que otros, muestran las mismas preocupaciones que el resto de los mortales. La gente más joven, que a fin de cuentas somos los que hacemos deporte, comentamos cómo van nuestros entrenes. Uno hace baloncesto, otro intenta hacer tenis de mesa.... y bueno, es un grupo rico. Pero, al igual que el otro día, donde más saboreo todo esto, es en los entrenes de boccia con la gente de la residencia. Yo tengo mis propios entrenes, más específicos y, por decirlo de alguna forma, más exigentes. Pero por las tardes, el entrene es compartido con la gente que empieza, o que está probando si es capaz de competir en la liga autonómica. Son personas que necesitan que les animes, que les digas cómo han de mover la silla, cómo han de lanzar... y es algo que me encanta acompañar. Pero bueno, como es algo que ya os he contado, no insisto mucho con el tema.
El lunes da un concierto Serafín Zubiri; el pianista ciego, que creo que actuó una vez en eurovisión. hay cierta expectación en el centro con su visita. Me pilla justo después del entrene, así que me acercare a escucharlo. Está haciendo el Camino de Santiago y, en vez de descansar en un hotel (un camino duro y sacrificado, por lo que veo), ha preferido alojarse aquí. De hecho, es el vecino de la habitación de al lado. Por lo demás, todo va bien. Ayer me llegó un paquete con cosas que había olvidado en casa; y la habitación, poco a poco, va cogiendo calidez. No nos dejan clavar cosas en las paredes. Así que tendré que mirar de comprar alguna pasta azul o celo para pegar algo en las paredes, que están demasiado vacías. Mañana tengo el día libre; así que miraré de comprarlo en el corte. Y de paso, miraré algún vinilo o algo que sea adhesivo...
Por las noches, hay mucho silencio, y desde la ventana solo se ven las luces de un grupo de bungalows que hay al otro lado de una gran explanada de hierba y árboles. Hago sonar los cuencos lentamente, y todo vibra... así que duermo con mucha paz. Bueno, en realidad, creo que ando en paz todo el día... espero que a mi musical vecino, no le molesten los zumbidos, jejeje.
Y poco más. María, la entrenadora, junto con la psicóloga, me han pedido un informe semanal de las sensaciones que voy teniendo. Sobretodo, a nivel físico y deportivo. Así que voy a ver si bajo a la lavandería a por la ropa limpia, y me pongo a escribir.
Tened un buen viernes.

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