Hum...
Hola a todos! Cómo ha ido el día?
Espero que bien, y que hayáis tenido tiempo en él para descubrir
una vez más cuál es vuestra esencia y vuestra forma de ser. Es
bueno ser consciente de cómo es uno mismo; pero es bueno también no
olvidarlo. De forma que permanezca esa esencia indiferentemente de si
los demás la aprecian o no.
Bien, hoy no hay mucho que contar. Me
ha sorprendido, a raíz de la entrevista de ayer en la SER, el
aumento de vistas que ha experimentado el blog. Desde aquí, saludo a
los posibles nuevos lectores y a los que son fieles a nuestra cita.
Como os decía, no hay mucho que
contar. Esta mañana tenía marcada una sesión de fuerza a primera
hora. Creo que es el ejercicio, junto con el pedaleo con las piernas,
que más estoy disfrutando por las sensaciones que recibo cada vez
que lo hago. Sigue siendo una conversación de hora y pico con el
cuerpo, moviendo con más o menos rapidez, observando las tensiones,
el cansancio... después, he salido un momento a hacer un recado y
he vuelto para la sesión con fisio de antes de comer. Hemos
trabajado epicóndilos, que los tenía un poco cargados de los
entrenamientos.
Después de fisio, y tras comer, me he
ido corriendo (lo de correr es un decir; pues con prisa o sin ella,
la silla va siempre a la misma velocidad) al dentista. Tras la
endodoncia de hace unas semanas, quedaba reconstruir la muela. Y de
allí, corriendo de nuevo, he vuelto al centro para el entrenamiento
en pista de la tarde. A diferencia de otros días, el dentista no me
ha hecho nada de daño ni ha sido agresivo; por lo que podía
entrenar perfectamente. En cuanto al entrenamiento, reconozco que no
me he ido de la sala con buenas sensaciones. Han salido algunas cosas
bien; incluso muy bien. Pero otras no han salido como deseaba. Y
reconozco que siempre he sido muy exigente conmigo mismo. Y si las
cosas no salen bien, simplemente, me enfado conmigo mismo. He de
entender que el día ha sido ajetreado y que hace días que no lanzo
bolas. Pero el deseo por hacer las cosas bien es fuerte; y a veces
hace que no me marche con una sonrisa del entrene.
Tampoco he de darle más vueltas.
Simplemente, hay días en que las cosas salen mejor y otros en que
sale peor. Lo preocupante que me fuese indiferente de la sala...
Y poco más. Apenas queda media hora
para la cena y es tiempo para dedicármelo a mí, a leer, a
descansar...
Mañana os cuento más cosas.
Besos a todos!
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