Hum...
Mucha gente se ha preguntado alguna vez
de dónde se saca la ceniza que los cristianos ponen en su cabeza con
el signo de la cruz el miércoles de ceniza. Ésta, se saca de la
quema que se hace el año anterior de las palmas usadas en el Domingo
de Ramos. Para mí, es un símbolo que respeto y aprecio; pues nos
recuerda que, el valor y el sentimiento de Gloria que tienen las
palmas que celebran la entrada de Cristo en Jerusalén, queda
reducido a cenizas al año siguiente. Es un signo de conversión
interior, de muerte y de renacimiento. Pero es también un mensaje de
que todo, por grandioso que sea, no perdura en el tiempo y cambia. No
necesariamente del esplendor a las cenizas. Pero que, de un modo u
otro, todo cambia. Y este es un mensaje que se encuentra presente en
todas las religiones. No sé, pero pienso que el inicio de la
Cuaresma, seamos católicos o no, es una buena oportunidad para
interiorizar en nosotros mismos y ver qué cosas deseamos convertir
en cenizas para que renazcan renovadas.
Bien, Hola a todos! Cómo han ido estos
días? Espero que bien, y que desde el lugar donde os encontréis
hayáis podido vivir grandes cosas. Cosas que luego hayáis podido
compartir con los demás... si no, de qué os sirve haberlas vivido?
Estos días he estado sin ordenador, viendo en el móvil las cosas
importantes y conectando a través de él el portátil cuando era
necesario. Y como veía la televisión a través suyo, tampoco he
estado muy conectado con el mundo exterior. Apenas un par de personas
que me han llamado y un buen libro han sido mi compañía durante
estos días. Sinceramente pensaba que iba a llevar peor mi
“aislamiento tecnológico”; pero creo que incluso me ha venido
bien. Eso sí, hacer pedalier o aeróbic sin tele o sin música, se
hace eterno!
Sigo trabajando sin descanso, buscando
la forma de crecer y mejorar como deportista. Eso no quiere decir que
me esté matando a entrenar ni mucho menos; pues mi entrenadora
siempre me dice que es tan importante respetar los tiempos de cargas
de entrenamientos, como los tiempos de descanso. Y es que en el
deporte, como en la vida misma, la perfección está en el
equilibrio. Así que estos días hemos seguido con el entrenamiento
en pista entre otras cosas. El martes fue divertido; pues los
colegios tenían fiesta y, al entrar en la pista de entrenamiento,
nos encontramos con un grupo de 20 niñas que estaba haciendo
rítmica. Ellas a lo suyo, yo a lo mío, a veces se me quedaban
mirando, a veces yo a ellas... pero creo que todos guardábamos, a
pesar de la música, los aros por el aire y mis bolas rodando, la
concentración en lo que estábamos haciendo. El jueves, en cambio,
fue un entrenamiento mucho más tranquilo; ya que teníamos la pista
para nosotros solos. Una de las bolas está dejando rastro de bolitas
allá por donde pasa, porque está en las últimas; así que tengo
que ir pensando seriamente en cambiarlas. El dilema, es qué
comprar...
En cuanto a mí, os puedo contar que me
encuentro en una buena época. Me siento bien con lo que estoy
haciendo; pero al mismo tiempo sigo manteniendo el pensamiento de que
todo puede cambiar en un instante. Y estar abierto a esa idea, está
haciendo que disfrute mucho las cosas que hago.
Por no resumiros todos los días
pasados, os cuento que hoy he tenido sesión de fuerza por la mañana.
La limpiadora me miraba observando los movimientos que hacía
mientras me rodeaba con la fregona. Voy notando que cuesta menos
hacer toda la tabla. Ya no en tiempo, pues sigue estando en algo más
de hora y cuarto. Pero sí en que el cansancio apenas llega ya al
final del trabajo. Después, he estado limpiando un poco la
habitación; pues me dio por cambiarle el color a la silla, y
quedaron algunos restos de pintura en el suelo... jijiji.
Por la tarde, cómo no, he tenido
sesión con “pedi” acompañado de la familia Dunphy. El capítulo
de hoy, se centraba en un sandwich que llevaba el nombre de Jay en la
carta del menú del restaurante. Sandwich que a gloria no le gusta el
sabor y desprecia; cosa que decepciona a Jay. Y es que, a veces,
aunque no nos guste algo, debemos de saber respetar el valor o el
sentimiento que la otra persona está poniendo en ese algo. Supongo
que se trata de aprender a dejar de lado nuestros gustos o nuestras
opiniones para saber valorar las de los demás. Incluso, ya no sólo
en objetos, sino en ideas o proyectos. Hemos de aprender a dejar de
ver las cosas a través de los ojos de nuestro propio gusto, para ver
las cosas a través de los ojos de los demás. De esa forma, será
más fácil entender a la otra persona.
Y poco más. Voy a ver si descanso un
poco que ha sido un día de mucho ajetreo. Mañana, os cuento más
cosas.
Me alegra volver a veros!
Muacs!
hola chema,muy interesante la lectura de hoy.m.jose pedro
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