viernes, 15 de febrero de 2013

Días 26 - 30


Hum...

Mucha gente se ha preguntado alguna vez de dónde se saca la ceniza que los cristianos ponen en su cabeza con el signo de la cruz el miércoles de ceniza. Ésta, se saca de la quema que se hace el año anterior de las palmas usadas en el Domingo de Ramos. Para mí, es un símbolo que respeto y aprecio; pues nos recuerda que, el valor y el sentimiento de Gloria que tienen las palmas que celebran la entrada de Cristo en Jerusalén, queda reducido a cenizas al año siguiente. Es un signo de conversión interior, de muerte y de renacimiento. Pero es también un mensaje de que todo, por grandioso que sea, no perdura en el tiempo y cambia. No necesariamente del esplendor a las cenizas. Pero que, de un modo u otro, todo cambia. Y este es un mensaje que se encuentra presente en todas las religiones. No sé, pero pienso que el inicio de la Cuaresma, seamos católicos o no, es una buena oportunidad para interiorizar en nosotros mismos y ver qué cosas deseamos convertir en cenizas para que renazcan renovadas.

Bien, Hola a todos! Cómo han ido estos días? Espero que bien, y que desde el lugar donde os encontréis hayáis podido vivir grandes cosas. Cosas que luego hayáis podido compartir con los demás... si no, de qué os sirve haberlas vivido? Estos días he estado sin ordenador, viendo en el móvil las cosas importantes y conectando a través de él el portátil cuando era necesario. Y como veía la televisión a través suyo, tampoco he estado muy conectado con el mundo exterior. Apenas un par de personas que me han llamado y un buen libro han sido mi compañía durante estos días. Sinceramente pensaba que iba a llevar peor mi “aislamiento tecnológico”; pero creo que incluso me ha venido bien. Eso sí, hacer pedalier o aeróbic sin tele o sin música, se hace eterno!

Sigo trabajando sin descanso, buscando la forma de crecer y mejorar como deportista. Eso no quiere decir que me esté matando a entrenar ni mucho menos; pues mi entrenadora siempre me dice que es tan importante respetar los tiempos de cargas de entrenamientos, como los tiempos de descanso. Y es que en el deporte, como en la vida misma, la perfección está en el equilibrio. Así que estos días hemos seguido con el entrenamiento en pista entre otras cosas. El martes fue divertido; pues los colegios tenían fiesta y, al entrar en la pista de entrenamiento, nos encontramos con un grupo de 20 niñas que estaba haciendo rítmica. Ellas a lo suyo, yo a lo mío, a veces se me quedaban mirando, a veces yo a ellas... pero creo que todos guardábamos, a pesar de la música, los aros por el aire y mis bolas rodando, la concentración en lo que estábamos haciendo. El jueves, en cambio, fue un entrenamiento mucho más tranquilo; ya que teníamos la pista para nosotros solos. Una de las bolas está dejando rastro de bolitas allá por donde pasa, porque está en las últimas; así que tengo que ir pensando seriamente en cambiarlas. El dilema, es qué comprar...

En cuanto a mí, os puedo contar que me encuentro en una buena época. Me siento bien con lo que estoy haciendo; pero al mismo tiempo sigo manteniendo el pensamiento de que todo puede cambiar en un instante. Y estar abierto a esa idea, está haciendo que disfrute mucho las cosas que hago.

Por no resumiros todos los días pasados, os cuento que hoy he tenido sesión de fuerza por la mañana. La limpiadora me miraba observando los movimientos que hacía mientras me rodeaba con la fregona. Voy notando que cuesta menos hacer toda la tabla. Ya no en tiempo, pues sigue estando en algo más de hora y cuarto. Pero sí en que el cansancio apenas llega ya al final del trabajo. Después, he estado limpiando un poco la habitación; pues me dio por cambiarle el color a la silla, y quedaron algunos restos de pintura en el suelo... jijiji.

Por la tarde, cómo no, he tenido sesión con “pedi” acompañado de la familia Dunphy. El capítulo de hoy, se centraba en un sandwich que llevaba el nombre de Jay en la carta del menú del restaurante. Sandwich que a gloria no le gusta el sabor y desprecia; cosa que decepciona a Jay. Y es que, a veces, aunque no nos guste algo, debemos de saber respetar el valor o el sentimiento que la otra persona está poniendo en ese algo. Supongo que se trata de aprender a dejar de lado nuestros gustos o nuestras opiniones para saber valorar las de los demás. Incluso, ya no sólo en objetos, sino en ideas o proyectos. Hemos de aprender a dejar de ver las cosas a través de los ojos de nuestro propio gusto, para ver las cosas a través de los ojos de los demás. De esa forma, será más fácil entender a la otra persona.

Y poco más. Voy a ver si descanso un poco que ha sido un día de mucho ajetreo. Mañana, os cuento más cosas.

Me alegra volver a veros!
Muacs!

1 comentario:

  1. hola chema,muy interesante la lectura de hoy.m.jose pedro

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