jueves, 17 de enero de 2013

Empezamos una nueva etapa!! Día 1


Hum...

Hola a todos! Cómo va todo? Espero que bien; y que en esta ausencia mía, hayáis vivido infinidad de cosas. Ya no por el hecho en sí de vivirlas y no permanecer estancados, sino por el hecho de tener nuevas experiencias que compartir con los que tenemos al lado. A fin de cuentas, aquello que vivimos y experimentamos cobra todo su valor cuando lo compartimos con los demás. De poco nos sirve tener grandes conocimientos y experiencias, si éstas no salen de nosotros.

Bien, han pasado la friolera de 100 días desde que escribí mi última entrada en el blog. Todos necesitamos a veces un parón, un reseteo... y el mío ha sido durante ese periodo. Atrás quedaron los últimos juegos paralímpicos; que no quiere decir que se hayan olvidado, y toca comenzar una nueva etapa. Me he tomado todo el tiempo del mundo para discernir cómo deseaba que fuese esta nueva etapa antes de ponerme a escribir de nuevo. No quería que se tratase de un punto y seguido; pero tampoco de un punto y aparte. Necesitaba valorar si quería seguir en esta historia por pura inercia, acomodado en la vida de siempre, sin enfrentarme a más cosas que la rutina diaria, o si estaba dispuesto a seguir trabajando con la intención de ser mejor persona y mejor deportista. Y cambiar, con ello, algunos aspectos de mi estancia en León.

Pienso que muchas veces hacemos las cosas pensando en lo que los demás esperan de nosotros. Y eso es un error. Hemos de ser capaces de decidir qué es lo que queremos hacer, cuál es el camino que deseamos tomar, sea uno nuevo, o el mismo que recorrimos ayer, y comenzar a caminar con la sensación de que lo estamos haciendo porque es lo que realmente deseamos. Antes de los juegos, mi entrenadora me decía muchas veces que, en la vida, ganes o pierdas a cada uno de los retos que te enfrentas, tendrás a tu lado gente que te apoyará y gente que te criticará. Pero gente que, al cabo de un tiempo, desaparecerá de nuestras vidas. Y entonces, lo realmente valioso, será el camino que hemos recorrido y las experiencias que en él hemos encontrado. Por tanto, es importante que ese camino sea el que nosotros queremos recorrer; no el que otros desean que recorramos. Cuando vine al CRE hace ya dos años y tres meses, y a raíz de las diferentes reacciones que vi en la gente por mi decisión, me quedó muy claro que la mayoría de las personas valoran las decisiones que tú tomas en función de sus intereses. Hoy, sigo viendo esa frase como una gran verdad. Si sigo aquí, es porque me apetece; no porque alguien espere de mí que siga aquí o que me marche a mi casa. Y el día que ya no me apetezca... a otra cosa.

El hecho de irme a casa y observar la vida deportiva desde fuera, me ha permitido ver que el gusanillo por la competición no ha desaparecido. Pero que ese gusanillo necesitaba volver a empezar de nuevo, con la frescura de los que empiezan, de los que todavía están aprendiendo. Y esa es la actitud que he ido inculcando antes de regresar al CRE, con el fin de volver a disfrutar de lo que hago. Regresé de Valencia con la furgoneta llena de cosas, materiales y emocionales, dispuesto a empezar de cero, tal cual hice el 15 de octubre de 2010 cuando comencé esta historia. Y, con los ojos de un niño, voy dejando que la sencillez y la inocencia vuelva a visitarme en cada entrenamiento.

“Pedi”, mi pedalier para los que me leéis por primera vez, ha vuelto a adornar las mañanas frente a la nueva temporada de la serie Moderm Family. El Maestro viene a verme o voy yo a su habitación, y ya tenemos pendiente una buena partidita de ajedrez. Sigo con los ejercicios de brazos, con las series y las repeticiones, con la búsqueda de unas bolas de calidad...

Hay residentes que ya no están. Iba a decir que, afortunadamente, nadie ha fallecido; pero la verdad es que hay personas que pienso que se encontrarían mejor fuera de los cuerpos que tienen actualmente. Por contra, hay residentes nuevas que preguntan, que descubren, que comienzan su andadura en este pequeño mundo... y da gusto hablar con ellas y ver que sus vidas, a fin de cuentas, no son tan diferentes a las de los que estamos aquí.

Vine el sábado y el clima ya me ha regalado un par de breves nevadas. Una de ellas ni siquiera cuajó; pero la otra dejó manchadas de blanco por unas horas. Suficientes para recordarme que había dejado mi ciudad, con su sol y su humedad, y que me encontraba de nuevo en mi segunda casa.

No puedo negar que me ha sorprendido que, en estos 100 días, prácticamente nadie me ha preguntado porqué había dejado de escribir. Incluso pensé en dejar de hacerlo visto el interés que la gente mostraba. Pero reconozco que encuentro gusto en la escritura; y que, porque los demás no aprecien lo que hacemos, o no nos lo digan, no debemos de dejar de hacer aquello con lo que disfrutamos. La vida, sigue siendo efímera, tal y como decía el maestro de Zen del grupo al que iba aquí en León. Y aunque no debamos identificarnos con lo que hacemos, sí debemos disfrutar con ello.

Por ello, sólo puedo deciros que me alegra estar de vuelta con todos vosotros. Y que os invito, como muchas otras veces, que aquello que hacemos día a día, desde el lugar donde cada uno se encuentra, sea siempre lo mejor que los demás puedan recibir de nosotros mismos. Si lo hacemos, sea cual sea la meta que nos hemos marcado este año, nuestra vida valdrá la pena por lo avanzado cada día; indiferentemente de si alcanzamos esa meta o no...

No hay comentarios:

Publicar un comentario